Sacrificado verano de los Bomberos
En estos meses de verano, -que son sinónimo de solaz, descanso y disfrute para la mayoría-, no ha sido así para los integrantes del aguerrido Cuerpo de Bomberos de Puerto Montt, cuyos integrantes han debido extremar su valor y capacidades en una permanente lucha diaria contra los incendios forestales, que esta vez incluso han amenazado con extenderse a las zonas pobladas de la ciudad. Noble y sacrificada tarea, de protección a la comunidad y de los recursos naturales, a la que se han sumado con igual generosidad efectivos de Conaf, Onemi, Ejército y Carabineros.
Este fuego medioambiental, originado del descuido humano y muchas veces intencional, y alimentado por la falta de lluvias y el intenso sol, ha implicado la alerta constante de nuestros bomberos y su urgente concurrencia sobre todo a los incendios de matorrales, por el riesgo que significan para las poblaciones cercanas amagadas. Riesgos que implican un promedio de 15 salidas diarias y, muchas, veces con jornadas de actividad de más de 12 horas por siniestros de estas características desacostumbradas, según el recuento bomberil; además de afrontar las innumerables llamadas falsas que a diario reciben de sujetos inescrupulosos e irresponsables.
No puede ser más admirable la misión -impresionantemente voluntaria- de los valientes caballeros del fuego, que se están brindando por entero en el combate del fuego rural. Y no sólo procurando neutralizar su avance con sus medios de agua, sino también colaborando en la habilitación de áreas cortafuego para neutralizar la extensión de las llamas. Y todo ello sin descuidar los incendios que, por otras causas, pudieran suceder dentro de la ciudad misma, como así aconteció en la madrugada del domingo en la población Lintz, donde se declaró un siniestro devastador que fue enfrentado eficientemente por bomberos, que impidió su expansión.
Es mucho lo que debemos los puertomontinos y sureños a nuestros Bomberos. Su abnegado y sacrificado servicio protector, amerita nuestra admiración y la mayor gratitud. Y propicio será, -cada vez que recurran a la ayuda ciudadana-, responderles con la mayor generosidad en honor a ese reconocimiento.