Confirman la muerte de una estadounidense secuestrada por el EI
Yihadistas. Casa Blanca evitó corroborar si falleció por los bombardeos jordanos.
El Gobierno de EE.UU. confirmó ayer la muerte de la trabajadora humanitaria estadounidense Kayla Mueller, en poder del Estado Islámico (EI), después de que el viernes pasado el grupo yihadista anunció que habría muerto en los bombardeos en un ataque de la Fuerza Aérea jordana.
'Con profunda tristeza hemos conocido la muerte de Kayla Jean Mueller', indicó la oficina del portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, en un breve comunicado.
La nota no precisa detalles sobre su muerte ni las circunstancias, y evita corroborar si falleció por los bombardeos jordanos, tal y como señaló el EI.
La joven, de 26 años y originaria del estado de Arizona, fue secuestrada el 4 de agosto de 2013 y, desde entonces, la familia Mueller había guardado 'silencio' para no socavar una posible liberación de la trabajadora humanitaria, cuyo nombre se hizo público ayer.
La familia de la cooperante confirmó en paralelo la noticia. 'Tenemos el corazón roto al informar que hemos recibido confirmación de que Kayla Jean Mueller ha perdido la vida', señalaron sus padres, Carl y Marsha Mueller, en un comunicado minutos después de que la Casa Blanca emitiera la nota.
'Kayla fue una humanista devota y compasiva. Dedicó toda su joven vida a ayudar a aquellos en búsqueda de libertad, justicia y paz', agregaron los padres.
Tras conocerse la noticia, el Presidente estadounidense, Barack Obama, llamó a los padres de Kayla para 'ofrecerles sus condolencias y oraciones' y agradecerles el 'compromiso' de su hija por 'ayudar a los que más lo necesitaban', apuntó Bernadette Meehan, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca.
En la llamada, Obama se comprometió 'a perseguir sin descanso a los terroristas responsables del cautiverio y muerte' de la joven, y recalcó que su Gobierno 'está preparado para ayudar a la familia en las difíciles semanas y meses que hay por delante'. 'EI es un grupo terrorista horrendo cuyas acciones son un claro contraste con el espíritu de gente como Kayla', agregó Earnest.