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Una historia en medio de la inmensidad del desierto, es lo que construyó el destacado cineasta alemán, Werner Herzog en su película "Queen of the Desert", en la que la actriz Nicole Kidman encarna a Gertrude Bell, conocida como la Lawrence de Arabia femenina.

La cinta fue presentada por primera vez al público en la versión 65 de la Berlinale, que por estos días se lleva a cabo en Alemania. La cinta cuenta la historia de la escritora inglesa, historiadora, viajera, arqueóloga y agente secreta, que jugó un rol decisivo en el nuevo orden político en el medio oriente tras la Primera Guerra Mundial en los años 20.

"Es un homenaje al desierto y los beduinos, a unos escenarios y seres demonizados por los conflictos actuales, pero que encierran una poética deslumbrante", afirmó Herzog sobre su más reciente filme rodado en inglés.

Bell recorrió montada sobre un camello las dunas y paisajes del desierto africano mientras el imperio británico repartía el continente. La exploradora aprendió lenguas, dialectos y todo lo que había que saber de un territorio hostil, volviéndose políticamente relevante por todo el conocimiento que acumuló en su travesía.

Kidman, que trabajó por primera vez con el director de cintas como "Grizzly Man" y "My Son, My Son, What Have Ye Done?", se refirió a su relación con Herzog. "La química entre nosotros y el paisaje funcionó al instante. Contamos con el buen hacer del director. Pero también con la fuerza de la naturaleza. La nuestra y la del desierto", dijo.

El personaje de Kidman recorre el desierto junto a Henry Cadogan, interpretado por James Franco, quien comentó que "con Nicole es casi imposible que algo pueda salir mal o que la química no funcione".

En la cinta el personaje de Kidman se topa con Lawrence de Arabia, quien es encarnado por Robert Pattinson ("Crepúsculo"), quien aún intenta sacarse de encima la imagen de vampiro adolescente que le dio la fama mundial.

Herzog muestra a una elite británica que, en tiempos del imperio otomano, ignora las reglas del juego y las diferencias entre drusos, suníes, alauitas o chiítas, por lo que quedará condenada a perder sus batallas en tierra ajena.

Werner Herzog utiliza el paisaje desértico para construir el perfil de sus personajes que contrastan con los modos del colonialismo británico de la época.