Recuerdo que en el año 1998, mientras trabajaba en servicio país en la región de Atacama, le entregaron un nuevo terminal pesquero a los pescadores artesanales de Huasco, dentro del equipo, logramos formalizarlos, en el sentido tributario y sanitario, iniciaron actividades, compraron cámaras de frío y hielo, así consiguieron todos sus permisos, laborales, sanitarios y ambientales.
Una vez realizada toda la tramitación de sus permisos, dejaron sus antiguos puestos de venta, para ocupar sus nuevas dependencias, y otras familias ocuparon los antiguos puestos de comercio de este grupo ahora formalizado. El grupo nuevo que llegó comenzó a competir con ellos, pero no con las mismas reglas, ni las mismas fiscalizaciones.
Así los organismos mandatados como el Servicio de Impuestos Internos, el Servicio de Salud y del Trabajo, se apersonaba continuamente a fiscalizar al nuevo terminal pesquero, sacando una que otra multa, pero cuando le hacíamos ver que a 50 metros habían puestos de venta que no daban boletas y que sus condiciones sanitarias y laborales no eran mejores que las nuestras, contestaban que ellos, al no estar formalizados, no tenían domicilio donde hacer llegar las multas y las citaciones a tribunales.
La historia que relato, no difiere a lo que está ocurriendo, con la industria de astilleros de nuestra región, resulta que los que están formalizados, cumpliendo con estrictas normas de seguridad, laborales, medio ambientales y tributarias, compiten con astilleros que no cumplen con ninguna norma antes señalada, y obviamente quienes son los fiscalizados, son aquellos que tienen domicilio conocido.
Hacemos un llamado a nuestras autoridades a fiscalizar esta industria paralela, que lo único que hace es desincentivar la formalización de esta industria, clave para el desarrollo de las navieras de la zona sur austral.
Con solo fiscalizar a los astilleros formalizados, lo único que hacemos es generar diferencias que se traducen al final del día, en una distorsión económica.
Esto genera una dicotomía para el progreso y el necesario apoyo al emprendimiento que genera trabajo en condiciones dignas. Porque al final del día resulta triste apostar por ser formal en el mercado actual, desde la Asociación de Transporte Marítimo Sur Austral, ARMASUR A.G., nos encontramos sorprendidos por la injusticia que resulta tener domicilio conocido.
Manuel Bagnara Vivanco. Gerente General de Armasur A.G..