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Los rayos no ahuyentaron a los fieles que en masa veneraron a la Virgen

Defensa de la Vida. A seguir a la Virgen como ejemplo de madre y luz del mundo, en estos momentos en que se discute la Ley del Aborto, fue la invocación en Carelmapu y Alerce.
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mvega@diariollanquihue.cl

Un ferviente llamado a rezar mucho para que se defienda la vida humana desde su comienzo hasta el final, formuló ayer el arzobispo de Puerto Montt, monseñor Cristián Caro, en las dos homilías ofrecidas en las celebraciones de la Virgen de la Candelaria en Carelmapu y Alerce.

En Carelmapu, el prelado estuvo en misa del mediodía y en Alerce a las 17 horas, donde hubo en cada sector cerca de las 20 mil personas, quienes escucharon a la máxima autoridad eclesiástica.

En Carelmapu, muchos devotos que llegan a acampar al igual que los vendedores ambulantes, comenzaron a establecerse el sábado para ganarse algún lugar cerca del borde costero, para presenciar el homenaje que realizan los pescadores artesanales y buzos en la noche del domingo. Ayer, por la mañana, a pesar de la tormenta eléctrica, nadie dijo haber sentido temor "porque la Virgen los protege", según la afirmación casi unánime en Carelmapu. En la Alcaldía de Mar, también tuvieron una jornada tranquila, con la llegada sólo de una embarcación desde Ancud que atracó antes del temporal. El puerto -como medida precautoria- se cerró a las 11 horas.

Carabineros, que resguardaba el orden, tuvieron también una mañana sin novedad.

Con esta actividad de absoluta normalidad, se corrobora la gran devoción de la gente, que se resguardó bajo, incluso, paraguas de sol, que les sirvió para tan inestables condiciones atmosférica. Por la mañana, escucharon misa con temporal y por la tarde iniciaron la procesión de la Virgen con radiante sol. Entre misa y misa, muchos visitantes buscaron entre improvisados kioscos y comedores, la variedad gastronómica presente en cada festividad de la Candelaria.

Desde empanadas hasta asados al palo de cordero, curantos y merluzas, había y para regodearse entre los más de 15 mil personas que circulaban entre las calles Circunvalación y Bernardo O'Higgins. Tampoco faltaron la velas que llegaron a dejar los parroquianos, muchos de los cuales se amanecen en vigilia, pero "calentando el cuerpo" de acuerdo a la resaca que evidenciaban más de algunos.

En Alerce, el ambiente cobró matices más allá de lo religioso, con la presencia del "Charro de Plata", que animaba a la gente con sus rancheras en calle Gabriela Mistral, y los chinchineros, a cargo de Fredy España, de Santiago, quien dice que no es cristiano y "cualquier concentración de gente cuenta para hacer negocios".

Monseñor Caro continuaba la misa desde el Santuario (patio del templo), la que fue animada por un conjunto folclórico y pasacalles, mientras una larga fila esperaba pasar por un túnel de malla, para llegar a saludar a la Virgen.

Todos quieren pagar o pedir mandas a la Virgen, que es muy cumplidora y querida.

En esa devoción, monseñor Cristián Caro pidió defender la vida humana. "Nos apena y duele que se quiera interrumpir una vida humana con el aborto", subrayó.