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los azúcares añadidos aumentan el riesgo de tener diabetes tipo 2

alimentación. Un estudio advierte que el exceso de elementos como la fructosa puede provocar más perjuicios que el consumo de otros carbohidratos.

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La fructosa es una forma de azúcar que se encuentra de manera natural en ciertas frutas y vegetales y es utilizada como una alternativa para el azúcar común. Sin embargo, es importante tener cuidado con agregar más azúcar de la cuenta a los productos que ya son dulces por naturaleza.

Un estudio recoge los resultados de otras investigaciones: los azúcares añadidos a los alimentos, en especial la fructosa, aumentan el riesgo de padecer diabetes tipo 2, incluso más que otros carbohidratos.

Un grupo de expertos de diversas instituciones estadounidenses publicaron en el portal Mayo Clinic Proceedings una serie de advertencias y consejos para disminuir la cantidad de azúcar y fructosa en el menú, lo que puede significar una reducción de hasta 25% de las calorías totales que la gente consume diariamente.

Las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) indican que alrededor de 347 millones de personas en el mundo padecen diabetes. Las proyecciones de la OMS alertan que esta enfermedad será la séptima causa de mortalidad en 2030.

La diabetes tipo 2, también conocida como no-insulinodependiente, se produce debido a una utilización ineficaz de la insulina, ya sea por su falta de secreción desde el páncreas o la resistencia a esta hormona.

El sobrepeso y la falta de actividad física son sus principales factores de riesgo. Esta enfermedad se diagnostica solo cuando tiene varios años de evolución y comienzan a surgir las complicaciones.

"Aproximadamente el 40% de los adultos estadounidenses ya tienen algún grado de resistencia a la insulina, con el mismo porcentaje de proyección de desarrollar diabetes", subrayó James DiNicolantonio, especialista cardiovascular del Saint Luke's Mid America Heart Institute en Kansas, en un comunicado de prensa de Elsevier Health Sciences.

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Según los investigadores, el consumo excesivo de fructosa añadida desarregla el metabolismo general y aumenta la resistencia a la insulina, y advierten que esto constituye "un problema de salud pública".

La unión entre sacarosa y fructosa, que forman el azúcar que se consume habitualmente, aumenta la insulina y la glucosa en ayunas. "Esto sugiere que la sacarosa, y en particular la fructosa, es más perjudicial en comparación con otros hidratos de carbono", añadió DiNicolantonio, quien realizó el estudio junto a su compañero James O'Keefe y Sean Lucan, este último perteneciente al Centro Médico Montefiore del Colegio de Medicina Albert Einstein, en Bronx.

La resistencia a la insulina se asocia con un aumento de la concentración de esta hormona en la sangre, denominado hiperinsulinemia. Esta enfermedad provoca la acumulación de grasa abdominal, un aumento en los triglicéridos y otros trastornos relacionados con el metabolismo. La hiperinsulinemia es un factor de riesgo cardiovascular y se correlaciona con una reducción de la esperanza de vida de cinco a diez años. También es un síntoma común del síndrome de ovario poliquístico (SOP).