La historia desde costeros conchales
Otro de los importantes patrimonios que adornan y enriquecen el gran capital histórico de Puerto Montt, son sus legendarios conchales existentes en varios sectores de las costas del seno del Reloncaví, los cuales suelen visitarse sobre todo por delegaciones escolares y también por turistas, en el marco de propuestas relacionadas con la educación y la promoción turística. Iniciativas que, sin duda, ameritan desde ahora un particular impulso, en especial si se considera la puesta en valor que viene para el magno hallazgo arqueológico de Monte Verde, con el cual deben complementarse estos otros tesoros de identidad menores.
La organización Par Explora Los Lagos (ULagos) ha organizado, para este viernes 23, la "Ruta de Los Conchales de Puntilla Tenglo", con zarpe a las 11 horas desde el embarcadero frente a la Base Naval. Ocasión en que los navegantes podrán conocer grandes acumulaciones de conchas marinas, entre otros elementos, en los mismos lugares donde residieron los primeros asentamientos humanos aborígenes que habitaron en nuestras riberas marítimas.
Los pretéritos conchales sureños y su mensaje desde el precursor pasado son visibles y visitables en la puntilla de la isla Tenglo, Panitao, Ilque, Huelmo, tocones de Alerce de Pelluhuín, Piedra Azul, Metri, entre otras áreas geográficas.
Representan el más fiel testimonio de una importante población indígena y que en su mayoría sobrepasa los 5.000 años de antigüedad. Tal es así, que, en pleno siglo XVI, la historia narra que al arribo de los españoles a esta zona, ya habitaban y se desplazaban por esta región los pueblos originarios cuncos, huilliches, puelches y poyas, al igual que los chonos, que con sus embarcaciones denominadas dalcas (de tres tablas, que se armaban y desarmaban) navegaban bordeando las costas y también en los lagos interiores, como el peropio Chapo.
De manera que estos prehistóricos conchales debieran consolidarse como indispensables componentes de una gran ruta de las tradiciones, que culminase en Monte Verde, pasando también por la vía histórica de Puerto Montt mismo, cuya identidad necesitamos preservar como su mayor fortuna.