El curanto que ya es símbolo de Calbuco
El curanto gigante de Calbuco, -el más grande y sabroso del globo-, (40 toneladas de mariscos cocinados en un hoyo de 800 metros de largo), volvió a sorprender a miles de concurrentes, con las delicias de su contenido basado en variados frutos del mar, incluyendo, además de mariscos, pescados, carnes y vegetales, también las exquisiteces acompañantes (entre otros, milcaos y chapaleles) surgidas de la maravillosa mano femenina sureña; mientras que completaban el inolvidable escenario de la mágica jornada dominical, las más creativas artesanías de la zona y genuinas expresiones folclóricas del terruño.
El hermoso archipiélago de las catorce islas, salpicando el calmo océano, desplegó sus mejores galas para adornar el simpar escenario natural del más grande acontecimiento gastronómico autóctono de la Región de Los Lagos y del país. Un curanto -único por su tamaño y también por sus excepcionales delicias-, como por la posibilidad de entablar vínculos fraternos, mostrar los talentos, exhibir los patrimonios y narrar la magia de la historia de la isla de las agua azules (de la voz aborigen) o del pedraplén, tras su conectividad por esa vía con el continente.
Es de oportunidad recordar que la iniciativa de concretar estos gigantescos curantos surgió en el año 2001, con ocasión de la celebración de los 400 años de la ciudad de Calbuco. La idea era organizar algo original y de proyecciones, que traspusiese los umbrales locales y regionales, para convertirse en un sello especial de identidad propia. Lo que, hoy por hoy, está plenamente conseguido al cabo de catorce años de camino recorrido. Un gran logro de raigambre turística, patrimonial y distintiva, que identifica con fuerza singular a los calbucanos. Los mismos que, a través de diversas organizaciones sociales, en una suerte de impresionante "minga" solidaria, hacen posible -con su generosa colaboración- tan monumental como apetitoso kurantu ("pedregal" en mapudungun).
De esta manera, gracias al ingenio de sus comunas, el turismo de la Región de Los Lagos se sigue enriqueciendo en atractivos. Y son cada vez más los visitantes (nacionales y extranjeros) que llegan a conocernos, ávidos de impregnarse de las tradiciones y hospitalidad propias de estos confines del mundo.