No abandonen a los niños de Mirasol
La protección de los menores de edad, de nuestros niños que constituyen el futuro de Chile, es una tarea de Estado que trasciende a cualquier Gobierno. Es el Estado el órgano que debe brindarles protección y velar para su correcto desarrollo, haciendo todo lo que esté a su alcance para que puedan convertirse en mujeres y hombres de bien. En esta tarea, hay un importante número de instituciones que cooperan, generando espacios de formación, esparcimiento y atención, muchos de las cuales se insertan en sectores poblacionales, ofreciendo oportunidades a los pequeños que más las necesitan a través de un importante apoyo moral y social.
Ese es el caso del Centro de Prevención Comunitaria San Pablo, ubicado en uno de los sectores más poblados de Puerto Montt como es Mirasol. Una institución que bajo el alero de la Iglesia Católica ha funcionado por varias décadas con diferentes denominaciones como Centro Abierto Diurno o Centro Infanto Juvenil San Pablo. Hoy esta obra está en riesgo luego de que el actual Gobierno, a través del Ministerio de Justicia, anunciara el cierre de este espacio por falta de recursos. Los programas de prevención comunitaria o PPC son instrumentos de política pública que trabajan directamente con sectores poblacionales, realizando una labor profesional relevante en materia de prevención de la vulneración de derechos de los niños, además de realizar intervenciones comunitarias con familias, organizaciones sociales y líderes vecinales. Por ello es lamentable que un Gobierno que en su discurso plantea ofrecer igualdad de oportunidades, adopte la decisión de terminar con una política pública que busca proteger y ofrecer un espacio de desarrollo para los niños chilenos, entre ellos los de Mirasol.
Este no es un hecho aislado, ya que en Magallanes también se anunció el cierre de tres de estos espacios. En Puerto Montt, tras conocerse el anuncio, de inmediato se hicieron múltiples llamados a las actuales autoridades para que intervengan y de manera que el centro San Pablo continúe en funcionamiento. Muchos, entre ellos parlamentarios y concejales que forman parte del gobierno que está colocando fin a este espacio, ya comprometieron su apoyo, el que esperamos sea de utilidad para que los niños de Mirasol no queden en el abandono.
Por Jaime Brahm Barril,
ex intendente de la Región de Los Lagos