expertos advierten crecimiento del fraude electrónico
cibercrimen. Este delito ha aumentado en proporción al desarrollo de la tecnología, según el ejecutivo de Easy Solutions Ricardo Villadiego.
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Mientras el fraude electrónico crece y cambia de cara de manera vertiginosa, las medidas tomadas por sus potenciales víctimas para protegerse tienden a ser estáticas, explica Ricardo Villadiego, responsable de una empresa que cuenta con 70 millones de usuarios finales de sus soluciones para ese problema.
En una entrevista con EFE, el director ejecutivo de Easy Solutions, multinacional de origen colombiano dedicada a la detección y prevención del fraude electrónico, subraya que ningún ámbito conectado a internet, salvo que esté adecuadamente protegido, está a salvo de la acción de los "hackers".
Adoptar leyes contra la delincuencia electrónica no siempre es la solución. "Legislar lleva tiempo y los ataques evolucionan más rápidamente que las regulaciones", subraya Villadiego.
Para este ingeniero de sistemas formado en Bogotá y que atribuye el éxito de su empresa a haber tenido una "visión global", el ciberataque sufrido por Sony, atribuido a "hackers" de Corea del Norte, es el mejor ejemplo reciente para comprender que el peligro está en todas partes.
"Los hackers no se quedaron en la industria financiera", señala sobre el sector que fue el primero en ser víctima de los fraudes electrónicos y, por ello, también el primero en ser cliente de empresas como Easy Solutions.
crecimiento
La empresa, fundada en 2002 en Bogotá y radicada en EE.UU., desde 2007 previó un crecimiento del 158% en 2014, pero finalmente aumentó hasta en un 187% (un 151% considerando sólo América Latina). Para 2015 las perspectivas son crecer un 123%.
El negocio de la detección y prevención de fraudes electrónicos mueve al año en el mundo unos US$ 4.700 millones, de los cuales US$ 546 millones, un 22,5% del total, corresponde a Latinoamérica, según las cifras que maneja Easy Solutions.
A medida que la conectividad aumenta, los delincuentes electrónicos tienen en la mira a sectores como la salud, que les proporciona recursos mediante la venta de los historiales médicos o cobrando "rescate" por devolverlos.
También son blancos las grandes cadenas minoristas, de las que los piratas extraen los datos de sus clientes para venderlos en los "mercados negros" que ya existen para estos "activos", como ocurrió con la estadounidense Target.
En cambio, en los ciberataques a los gobiernos e instituciones no suele haber un móvil económico. Pero las víctimas del fraude electrónico son sobre todo personas.
Villadiego menciona que en 2014 en EE.UU. por primera más del 50% de las compras de particulares fueron hechas desde dispositivos móviles, lo que permite presumir que los ataques a plataformas móviles se van a multiplicar.
Según el experto, América Latina ha sido pionera en algunas modalidades de fraude electrónico y por eso mismo está a la vanguardia en soluciones para algunos de esos problemas.
El "skimming", como se conoce en inglés la manipulación de los cajeros electrónicos, fue un dolor de cabeza para los bancos latinoamericanos en la década de los 90, pero no llegó a EE.UU. hasta ahora.
Otro ejemplo es que en EE.UU. hasta agosto de 2015 no se va a implantar la tecnología "chip" en las tarjetas de crédito y débito, mientras que en América Latina son comunes desde hace tiempo.
Brasil es el país de la región donde se generan más fraudes electrónicos, tanto por el tamaño de población como por el alto nivel de conectividad, seguido de México, Chile y Venezuela.
El phishing es un término en inglés que alude al fraude por internet. Esto consiste en el envío de correos electrónicos que suplantan identidades de empresas bancarias o de otro tipo para obtener información privada de los usuarios. El modo más común es colocar links maliciosos que conducen a páginas web falsas, donde la información ingresada llega a manos de desconocidos. Esto puede conllevar pérdidas económicas e incluso impedir el acceso a sus propias cuentas.