No sólo obesidad, sino que también mal desempeño escolar. Un estudio encontró que la comida rápida puede tener un efecto perjudicial en el rendimiento de los niños en el colegio, al ralentizar su aprendizaje en materias como matemáticas, ciencias y lenguaje.
La investigación, realizada por la Universidad Estatal de Ohio (EE.UU.), analizó a un grupo de estudiantes de educación básica (de entre quinto y octavo grado), quienes fueron sometidos a pruebas de lectura, matemáticas y ciencias. Los autores, liderados por la académica Kelly M. Purtell, usaron datos de una encuesta nacional -el Early Childhood Longitudinal Study-Kindergarten Cohort- que cubre alrededor de 12 mil alumnos.
Según recogió The Huffington Post, cuando los niños cursaban el quinto grado, los científicos les preguntaron cuánta comida rápida consumieron la semana pasada. Luego los investigadores compararon la frecuencia de la comida rápida ingerida con los logros académicos alcanzados entre quinto y octavo grado.
Los especialistas encontraron que los estudiantes que comieron más comida rápida durante ese periodo registraron un desarrollo académico más lento.
Así, los alumnos que dijeron comer este tipo de alimentos una vez al día tuvieron un aprendizaje más lento en matemáticas, ciencias y lectura, en comparación con los niños que no ingirieron comida rápida.
Con ello, los académicos concluyeron que entre más comida rápida consumieran los estudiantes, más lento era su desarrollo académico.
"Los niveles altos de consumo de comida rápida predijeron un aprendizaje más lento en las tres asignaturas académicas", sostuvo Purtell a The Huffington Post.
Los aprendizajes más lentos se manifestaron con más fuerza en matemáticas. El estudio indica que cuando los alumnos reportaban comer comida rápida durante la semana, los tests aplicados reflejaban menos logros y un rendimiento más bajo en esta asignatura.
Mientras, el bajo desempeño en ciencias estuvo relacionado con el consumo de comida rápida entre dos a seis veces a la semana, o de forma diaria, según sugiere el paper.
En tanto que el aprendizaje en lectura sólo fue afectado cuando la ingesta de estos productos fue diario.
De acuerdo con el informe, menos de un 30% de los participantes dijo consumir comida rápida en toda la semana. Cerca de la mitad de los estudiantes evaluados comió este tipo de alimentos entre una y tres veces a la semana. Un 10% de los niños lo hizo entre cuatro y seis veces por semana y el 10% restante lo hizo todos los días.
"Estos hallazgos indican que el consumo de comida rápida está vinculado con resultados perjudiciales para los niños, más allá de la obesidad", indica el estudio.
Para Purtell, los resultados muestran que "no es tan problemático que una familia vaya ocasionalmente a un restaurant de comida rápida, en comparación con una familia que lo hace parte de su rutina".
Los autores creen que los niños que ingieren comida rápida de forma regular no reciben los nutrientes necesarios para desarrollarse de forma apropiada, recordando que este tipo de productos no contiene el suficiente hierro y posee exceso de azúcar y grasa.
Aprendizaje más lento
Los alumnos que dijeron consumir comida rápida una vez al día tuvieron un aprendizaje más lento en matemáticas, ciencias y lectura.
Matemáticas
Los aprendizajes más lentos producto del consumo de este tipo de productos se manifestaron con mayor evidencia en matemáticas, según reportaron los autores.