Amor al prójimo y reflexiones
Sin dudas que las festividades de fin de año están marcadas por emociones y surge con fuerza ese noble sentimiento de amar a los demás.
Amar al prójimo como a nosotros mismos. No solamente alegrarse por sus éxitos sino que, también, compartir y entender sus momentos difíciles.
Es Navidad la fecha que nos recuerda que está práctica de entregar con amor a los demás debe ser una conducta permanente y franca, no sólo de manera simbólica para estar acorde con la ocasión que se vive.
En el caso de los que actualmente tenemos un cargo público, es necesario que ese sentimiento de amor al prójimo lo hagamos desde lo que nos compete y día a día.
Significa en contexto, trabajar pensando siempre en que los más necesitados y vulnerables se verán beneficiados con nuestras acciones y gestiones. En tal sentido es fundamental que estemos en sintonía directa con la comunidad para saber realmente lo que necesitan, lo que les sirve, lo que es útil para ellos y su desarrollo personal y familiar.
Ahí tenemos que enfatizar, como por ejemplo en mejores leyes que beneficien a nuestros adultos mayores; empleo digno y de calidad; capacitar y mejorar la escolaridad de miles de personas en Chile; propiciar reformas que fortalezcan a los trabajadores en su conjunto y no a organismos en particular, etc.
En el plano de las reflexiones, al finalizar un año calendario, quiero desearle en estas líneas el mejor deseo de paz y prosperidad para cada una de las familias de nuestra zona, e invitarlos con sinceridad a seguir trabajando y contribuyendo al desarrollo de nuestra región.
La vuelta del calendario nos llama a realizar un balance de lo que hemos hecho y asimismo, de lo que no hemos hecho. Nos refresca la memoria para seguir avanzado siempre en la búsqueda de un mejor futuro.
Un gran abrazo a todos.
Felipe de Mussy Hiriart.