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Berger no descarta terrenos donados para obras de hospital

por empresario. En enero se dedicarán en el municipio a buscar el sitio donde estará emplazada el recinto. Factores como uso de suelo y agua serán clave.
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vpereira@diariollanquihue.cl

Si bien los mil millones de pesos aprobados por el Consejo Regional, como parte del convenio de programación entre el Gobierno Regional y el Ministerio de Salud, para la compra del terreno para la construcción del hospital de Puerto Varas, el alcalde Álvaro Berger, no descarta que para la concreción de esta obra se ocupe el donado por el empresario Patricio Vicencio.

Para la definición del sitio donde estará emplazada esta obra, cuya primera piedra esperan colocar dentro de dos años y antes de que termine el período de la actual administración, Berger señala que se tienen que realizar los estudios respectivos para adoptar la mejor determinación.

Estas indagaciones tienen que ver con el aspecto vial, de agua potable y electrificación, además del uso de suelo.

Todo este proceso de definición comenzará a partir de enero de 2015, ya que se tienen que tomar en cuenta otros aspectos. Uno de ellos responde al valor de los terrenos en la ciudad lacustre.

La idea de la administración municipal es poder instalar este recinto en uno de los dos accesos, ya sea el norte o el sur. Sin embargo, el municipio lacustre no cuenta con terrenos en estos lugares, por lo que tendría que entrar a invertir lo proporcionado a través del convenio para conseguirlo.

Y aquí surge un nuevo inconveniente: el precio del metro cuadrado. El propio alcalde admite que ello es relativo y que las diferencias son altas en relación con otros puntos de la ciudad. De acuerdo a las cotizaciones que manejan se puede indicar que existen cambios considerables en los valores.

Por ejemplo, desde Villa Casino hacia arriba varían en 100 millones de pesos en relación a la entrada sur por diversos motivos, como la factibilidad de agua, que no todos los espacios lo tienen.

El que entrega el empresario Vicencio se encuentra ubicado a un costado del servicentro Shell, a la salida de Puerto Varas.

Si bien se encontraría dentro de lo que busca el municipio la principal dificultad pasa por el acceso al lugar, el que no es directo, por lo que requeriría de otras gestiones para poder usarlo.

De quedarse con esta opción, el alcalde sostiene que tendrían que ver con el Core la posibilidad de presentar otra iniciativa que tenga relación con este mismo tema, pero no con el mejorar la infraestructura para hacer uso de los mil millones de pesos.

En todo caso, destaca que es un tema que no ha sido visto aún y que la prioridad se centra en buscar un lugar que cuente con los méritos que repercutan en el tiempo a ocupar en el desarrollo de los diseños o estudios que podrían dejarse para una etapa posterior.

Berger acentúa que la intención es encontrar un terreno en uno de los accesos de la ciudad, que tenga la factibilidad, como ubicación desde el punto de vista vial, que no signifique un atraso en el desarrollo del proyecto. Así también plantea que la idea es que esté ubicado al otro extremo del terminal de buses, cuyas primeras instalaciones deberían estar listas en el año 2016, lo mismo que el mercado municipal ya que "no podemos colapsar Puerto Varas".

¿Qué esperamos para construir la marca de nuestra ciudad o región?

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Marca país, marca región, marca ciudad. Diferentes niveles para un mismo objetivo: que un determinado lugar geográfico trascienda, sea conocido, reconocido y elegido no solo por turistas, sino también por inversionistas, estudiantes, profesionales y líderes de opinión.

Pero lejos de ser un trabajo que le compete a un diseñador gráfico, la marca de un territorio es un proyecto político estratégico, que debe tener presencia en las agendas de los altos cargos del gobierno, sin embargo, su gestión no puede depender de ningún color político ni debe estar subrogada a una oficina pública. Cuando la gestión de marca depende exclusiva y directamente de un gobierno el riesgo de que este proyecto cambie su rumbo, pierda fuerza o termine su ciclo, es demasiado grande. Así, no solo se perderán años de esfuerzos y recursos económicos, sino que también se generará confusión en las audiencias a la que se intentaba influir.

Uno de los grandes problemas que se plantean cuando hablamos de la marca de un territorio es su relación con el marketing. Pero así como sería un error vincularlo a un asunto puramente publicitario, sería imperdonable que un esfuerzo como este termine en campañas de comunicación mal diseñadas y pésimamente ejecutadas. Un buen logo probablemente no definirá la llegada de grandes inversionistas, pero puede convertirse en una ventaja competitiva de posicionamiento.

¿Pero, por qué razón una ciudad, una región o un destino deberían construir una marca? ¿Le sirve esto a alguien?

La construcción de una marca ciudad es una oportunidad para ofrecerle a sus habitantes una mayor calidad de vida y para pensar en grande, planificando la ciudad con obras modernas y eficientes. La construcción de una marca ciudad es una oportunidad para fomentar la participación ciudadana y el orgullo interno. Un gobierno con una marca de ciudad o región fuerte ayuda a identificar, determinar y definir políticas activas orientadas a satisfacer las necesidades y el sentido de pertenencia de sus ciudadanos.

Por el contrario, no hacer nada en esta dirección es condenar a la mediocridad, al atraso y al olvido a la ciudad y a la región que tanto amamos. No hacerlo es no darle oportunidad a la innovación, a la creatividad, al poder de la gente y al desarrollo de nuevas ideas.

Todo ciudadano orgulloso de su ciudad es embajador de ella. ¿Qué esperamos para construir la marca de nuestra ciudad, de nuestra región? ¿Se lo delegamos a un gurú internacional o la construimos con nuestros profesionales, nuestras universidades? ¿Quién conoce mejor nuestra cultura, nuestra historia, nuestros sueños? Las ciudades del sur son una gran marca y son los ciudadanos de esta tierra los que están invitados a ser sus protagonistas.

Humberto Merino,