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Las contradicciones del impuesto "verde" que detectó la industria

OPORTUNIDAD. Si bien se recomienda comprar un auto nuevo antes que comience a regir este gravamen, en el mercado creen que esos tributos deben aplicarse a los vehículos antiguos, que no cumplen con las normativas actuales de emisión de gases.

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Diciembre aparece como el mes en el que las ventas de autos tendrán un incremento mayor al de años anteriores. Además de la tradicional demanda en esta fecha, se suma el interés por evitar pagar el nuevo impuesto por emisiones, que será aplicado a contar del próximo lunes 29, a todo vehículo nuevo.

Para los entendidos es el mejor momento para comprar un vehículo nuevo, diésel o gasolina. Especialmente, los primeros, ya que esa carga tributaria "castiga" con mayor peso a los "petroleros".

De acuerdo a un informe preliminar de la Asociación Nacional Automotriz de Chile (Anac), el gravamen oscilará entre los $30 mil y $5 millones 800 mil. Establecieron que el promedio será de $360 mil, lo que "no significa que los más baratos van a pagar menos y los más caros van a pagar más", puesto que "el monto va a depender del consumo, emisiones de óxido de nitrógeno (NOx) y precio de cada auto", afirmó Gustavo Castellanos, secretario general de la Anac.

Resumió que antes de la primera inscripción del vehículo, los compradores tendrán que pagar el monto del nuevo gravamen, el cual será calculado a base de su consumo, las emisiones de NOx y el precio, "por lo que las personas tendrán que incluir ahora esto en su presupuesto".

Este es un impuesto adicional al IVA que gravará vehículos nuevos (livianos y medianos). Se pagará por única vez al efectuar la compra, en la Tesorería General de la República.

En cuanto a las consecuencias para la industria, Castellanos manifestó que como este impuesto actúa sobre las personas que quieran comprar un vehículo nuevo y no sobre el costo y precio de ese bien, "el efecto se tendrá que ver en el tiempo, puesto que serán los potenciales clientes los que tendrán que evaluar cuánto afecta su posible compra".

Más allá de la ocasión que se presenta para que los potenciales interesados adquieran un vehículo, existe cierta inquietud en el gremio respecto del fondo del impuesto.

Gustavo Castellanos dijo que aunque las autoridades hicieron ajustes importantes a la propuesta inicial del Gobierno, la asociación considera que quedaron algunos errores respecto a este impuesto. "El principal de ellos es que aun cuando se presentó una indicación que se consideraba que cumplía con todos los objetivos que había señalado la autoridad, se aplicará un gravamen mal llamado "verde", puesto que sólo afectará a los vehículos que menos contaminan, por lo que esto no tendrá un impacto significativo en las emisiones del medio ambiente", adujo.

Y es más, habían presentado una propuesta que buscaban que los vehículos usados hicieran su aporte a la Reforma Tributaria, con un pago anual de $6 mil 300 para los de menor valor y de $89 mil en el caso de los más caros, siendo el impuesto promedio de $35 mil.

CONTRADICCIÓN

En cuanto a la aplicación de este tributo, Jan Barends, gerente general de Berríos y Cía., reconoció que su implementación busca alcanzar objetivos mayores, pero dijo sentir una contradicción.

"Los autos nuevos cumplen con las últimas normas para bajar las emisiones. Hoy estamos con la Euro 5, para diésel y gasolina. Es la norma más exigente del mundo. Entonces, se genera cierta inconsistencia en cuanto a que los autos nuevos, que son los que menos emiten comparativamente, tengan que pagar un impuesto. Y los autos antiguos, que no cumplen con ninguno de esos parámetros y estándares, no tienen ningún costo por 'contaminar'. No se le genera ninguna condición de impuesto, siendo que lo que señala este impuesto cuando parte, es ser un impuesto verde; o sea, busca que los autos contaminen menos", planteó.

En el pago de este impuesto se exceptúan camiones, furgones y camionetas, destinadas como vehículos de trabajo.

Barends planteó que si se busca bajar los niveles de emisiones de gases de las fuentes móviles, "se debería fomentar que la gente compre autos nuevos, con mejores tecnologías, que contaminan menos".

AUTOS USADOS

Ante el panorama que se aproxima, se crea una alternativa para las personas que quieran comprar un auto: el sector usados, que no pagan este gravamen, "pero van a contaminar más", remarcó Barends.

Misma opinión comparte Thomas Herz, gerente general de Automotora Klein, para quien estos tributos deberían ser aplicados a los autos más antiguos. "Están llegando autos con altas exigencias de emisiones, que aseguran una baja de contaminantes y partículas. Por lo que el consumidor tenga que agregar otro impuesto a ese vehículo, me parece ilógico", enfatizó.

Para el ejecutivo, estos tributos deberían "aplicarse al revés, a los autos viejos y contaminantes e incentivar a la gente a que compre los nuevos, que son más eficientes".

Consultado sobre los efectos en la industria, Herz criticó que en un año de desaceleración económica se sumen impuestos. "Lo más probable es que tengamos que analizar de qué manera reduciremos los costos operacionales para poder mantenernos en el tiempo", advirtió.

MEDIO AMBIENTE

El seremi de Medio Ambiente, Jorge Pasminio, explicó que la propuesta busca hacer más eficientes los vehículos, en términos de emisión de gases, y no sólo gravarlos. Afirmó que se trata de desincentivar el uso de motores diésel "que hoy son los menos, pero contaminan más". Agregó que "buscamos que los vehículos que ingresan al mercado tengan un mejor rendimiento y un aporte menor de contaminación".

Sobre las quejas de las automotoras, el seremi planteó que todos los vehículos son sometidos a pruebas estandarizadas de emisión de gases, mediante los controles en las plantas de revisión técnica, requisito para optar a la renovación del permiso de circulación. Pero, también, agregó que "queremos que todo lo nuevo que llegue cumpla con emisiones más bajas. Entonces este impuesto va a tocar lo que está llegando y de modo especial a los que usan motores diésel".

Durante 2013, la venta de autos nuevos en el país fue de 382 mil 612 unidades. Las estimaciones para 2015 son a la baja, con sólo 280 mil unidades. Es decir, alrededor de 100 mil autos nuevos menos. En el sector aumenta su pesimismo al trazar presupuestos. Una fuente aseveró que si se considera que el valor promedio de auto nuevo es de $8 millones, sólo por concepto de IVA de esos 100 mil autos implicaría una disminución de US$ 1.300 millones para el Estado.

Erwin Schnaidt Ávila