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Utilizan el agua como la principal herramienta para la rehabilitación

AVANCE. El Hospital "Doctor Eduardo Schütz" cuenta con una moderna piscina terapéutica, que contribuye de modo importante a la recuperación de pacientes afectados por diversas patologías o dolencias a su sistema muscular y que necesitan recuperar su movilidad.

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En otro de los hitos que ha marcado el nuevo Hospital "Doctor Eduardo Schütz" de Puerto Montt, se ha transformado el funcionamiento de una piscina terapéutica, utilizada para los tratamientos de rehabilitación, especialmente de aquellos pacientes afectados por patologías y dolencias del área neurológica, traumatológica, reumatológica, psicológica e incluso respiratoria.

Estas instalaciones, que están operativas desde mediados de noviembre, posicionan a ese recinto como uno de los más avanzados del extremo sur del país, ya que no hay otro centro asistencial público que esté a la par con el nivel de esas instalaciones.

La directora del Servicio de Medicina Física y Rehabilitación, la médico fisiatra Ximena Urra, quien hace seis meses llegó a la ciudad desde Santiago, destacó la tecnología de punta del hospital. "Hay una buena cantidad de equipos que en otros hospitales no están, incluso en el área privada. Para toda la zona sur y el área pública, es una maravilla", afirmó.

Por ello, no duda en asegurar que el hospital puertomontino "está en un primer nivel, lo mismo que este servicio. No conozco hospitales públicos que estén en estas condiciones. Acá hay muchas cosas que no existen en el área privada de Santiago. De hecho, hay sólo una clínica con piscina terapéutica. Eso le da una importancia relevante a este servicio", enfatizó.

Sobre los efectos prácticos de la piscina, la profesional aseveró que permite ofrecer "una terapia eficaz con muchos pacientes que han perdido fuerza muscular, función cardíaca, pacientes con dolor. Es una gama de pacientes muy amplia que podemos atender".

Incluso -agregó- reciben a pacientes del área ginecológica. "Llega un porcentaje importante de embarazadas con dolor lumbar. Aquí podemos trabajar con ellas con ejercicios de relajación y en los músculos pélvicos que tienen que estar adecuados para el parto", detalló la doctora Urra.

GRAN OPORTUNIDAD

El pasado 4 de julio, Juan Agüero (46) se vio afectado por el síndrome de Guillain-Barré, que lo incapacitó y paralizó varios músculos de su cuerpo. De hecho, sólo en septiembre dejó la silla de ruedas tras el tratamiento kinésico. Hoy, gracias al trabajo en la piscina, se pone de pie y camina.

"Esta es una gran oportunidad que me da el hospital. Me ha ayudado mucho para superarme y volver a trabajar. He avanzado harto, súper rápido. Gracias a la terapia he recuperado prácticamente toda mi movilidad", destacó.

El kinesiólogo, hidrokineterapeuta y terapeuta acuático Roberto Soto, comparte los criterios de Agüero. "Se notan los cambios desde el momento en que ingresan a la piscina. Se ve en su cara, expresan felicidad, alegría al ver que pueden movilizarse mucho más que al hacer la terapia en el gimnasio. Eso me pone muy contento y alegre, porque ellos se motivan al comprobar que pueden hacer muchas más cosas", dijo.

Sobre la piscina, aseveró que "es un lujo tenerla, sobre todo en un hospital público. Lo ideal es ingresar pacientes con distintas patologías y facilitar su rehabilitación", explicó.

Hace un mes, que Soto está trabajando en el hospital puertomontino. Es uno de los escasos profesionales con esa especialidad en el país. "De a poco este tema ha ido tomando mayor fuerza. Este tipo de terapia se hace por muchos años en Europa. En Latinoamérica el país más avanzado es Brasil. Por eso, trabajar aquí es un gran desafío. Mi proyección era trabajar en esta área. Por suerte se cumplió, así que espero llenar las expectativas y aportar a la rehabilitación de todos los pacientes", planteó.

GRAN AVANCE

Nidia Díaz es la coordinadora del Área de Kinesiología. Aseveró que esta instalación representa "un tremendo avance. Somos el primer hospital público del país que la tiene. Y una amplia gama de pacientes pueden hacer uso de ella", como quienes han perdido fuerza muscular, con limitaciones en articulaciones, con dolor y contracturas musculares múltiples, entre otros.

Explicó que aprovechan todas las propiedades del agua, principalmente la flotación, ya que disminuye la carga y pueden iniciar precozmente el tratamiento dentro de la piscina.

A diferencia de las piletas deportivas, el agua de la piscina terapéutica está siempre entre 30 y 34 grados. Esa alberca tiene 6 metros de largo, 3 de ancho y 1.5 de profundidad, lo que le otorga el adecuado espacio para el trabajo con los pacientes.

Además, dispone de un visor de marcha (ventana lateral), sistemas de corriente y contracorriente, otro de chorro y un arnés que facilita tanto el ingreso como la salida de la piscina.

En cuanto al tratamiento del agua, posee un sistema de reciclaje que evita que estén siendo permanentemente descartados los 27 metros cúbicos. Asimismo, consta de un sistema de cloración y control bactereológico, que es monitoreado por una central ubicada en el subterráneo del edificio.

Carlos Bustamante, director del hospital: "Somos el único servicio público en el país que tenemos, en general, una rehabilitación que es de primera línea. Tenemos un gran sistema que va a permitir que la recuperación de nuestros pacientes complejos se realice en forma exitosa y con herramientas como ésta, que nos permite dar este tipo de atención, especialmente a pacientes agudos o crónicos que requieren rehabilitación sin carga o favorecidos con agua con temperatura. Tenemos una agenda diaria ".

Erwin Schnaidt Ávila

Utilizan el agua como la principal herramienta para la rehabilitación

AVANCE. El Hospital 'Doctor Eduardo Schütz' cuenta con una moderna piscina terapéutica, que contribuye de modo importante a la recuperación de pacientes afectados por diversas patologías o dolencias a su sistema muscular y que necesitan recuperar su movilidad.

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En otro de los hitos que ha marcado el nuevo Hospital 'Doctor Eduardo Schütz' de Puerto Montt, se ha transformado el funcionamiento de una piscina terapéutica, utilizada para los tratamientos de rehabilitación, especialmente de aquellos pacientes afectados por patologías y dolencias del área neurológica, traumatológica, reumatológica, psicológica e incluso respiratoria.

Estas instalaciones, que están operativas desde mediados de noviembre, posicionan a ese recinto como uno de los más avanzados del extremo sur del país, ya que no hay otro centro asistencial público que esté a la par con el nivel de esas instalaciones.

La directora del Servicio de Medicina Física y Rehabilitación, la médico fisiatra Ximena Urra, quien hace seis meses llegó a la ciudad desde Santiago, destacó la tecnología de punta del hospital. 'Hay una buena cantidad de equipos que en otros hospitales no están, incluso en el área privada. Para toda la zona sur y el área pública, es una maravilla', afirmó.

Por ello, no duda en asegurar que el hospital puertomontino 'está en un primer nivel, lo mismo que este servicio. No conozco hospitales públicos que estén en estas condiciones. Acá hay muchas cosas que no existen en el área privada de Santiago. De hecho, hay sólo una clínica con piscina terapéutica. Eso le da una importancia relevante a este servicio', enfatizó.

Sobre los efectos prácticos de la piscina, la profesional aseveró que permite ofrecer 'una terapia eficaz con muchos pacientes que han perdido fuerza muscular, función cardíaca, pacientes con dolor. Es una gama de pacientes muy amplia que podemos atender'.

Incluso -agregó- reciben a pacientes del área ginecológica. 'Llega un porcentaje importante de embarazadas con dolor lumbar. Aquí podemos trabajar con ellas con ejercicios de relajación y en los músculos pélvicos que tienen que estar adecuados para el parto', detalló la doctora Urra.

GRAN OPORTUNIDAD

El pasado 4 de julio, Juan Agüero (46) se vio afectado por el síndrome de Guillain-Barré, que lo incapacitó y paralizó varios músculos de su cuerpo. De hecho, sólo en septiembre dejó la silla de ruedas tras el tratamiento kinésico. Hoy, gracias al trabajo en la piscina, se pone de pie y camina.

'Esta es una gran oportunidad que me da el hospital. Me ha ayudado mucho para superarme y volver a trabajar. He avanzado harto, súper rápido. Gracias a la terapia he recuperado prácticamente toda mi movilidad', destacó.

El kinesiólogo, hidrokineterapeuta y terapeuta acuático Roberto Soto, comparte los criterios de Agüero. 'Se notan los cambios desde el momento en que ingresan a la piscina. Se ve en su cara, expresan felicidad, alegría al ver que pueden movilizarse mucho más que al hacer la terapia en el gimnasio. Eso me pone muy contento y alegre, porque ellos se motivan al comprobar que pueden hacer muchas más cosas', dijo.

Sobre la piscina, aseveró que 'es un lujo tenerla, sobre todo en un hospital público. Lo ideal es ingresar pacientes con distintas patologías y facilitar su rehabilitación', explicó.

Hace un mes, que Soto está trabajando en el hospital puertomontino. Es uno de los escasos profesionales con esa especialidad en el país. 'De a poco este tema ha ido tomando mayor fuerza. Este tipo de terapia se hace por muchos años en Europa. En Latinoamérica el país más avanzado es Brasil. Por eso, trabajar aquí es un gran desafío. Mi proyección era trabajar en esta área. Por suerte se cumplió, así que espero llenar las expectativas y aportar a la rehabilitación de todos los pacientes', planteó.

GRAN AVANCE

Nidia Díaz es la coordinadora del Área de Kinesiología. Aseveró que esta instalación representa 'un tremendo avance. Somos el primer hospital público del país que la tiene. Y una amplia gama de pacientes pueden hacer uso de ella', como quienes han perdido fuerza muscular, con limitaciones en articulaciones, con dolor y contracturas musculares múltiples, entre otros.

Explicó que aprovechan todas las propiedades del agua, principalmente la flotación, ya que disminuye la carga y pueden iniciar precozmente el tratamiento dentro de la piscina.

A diferencia de las piletas deportivas, el agua de la piscina terapéutica está siempre entre 30 y 34 grados. Esa alberca tiene 6 metros de largo, 3 de ancho y 1.5 de profundidad, lo que le otorga el adecuado espacio para el trabajo con los pacientes.

Además, dispone de un visor de marcha (ventana lateral), sistemas de corriente y contracorriente, otro de chorro y un arnés que facilita tanto el ingreso como la salida de la piscina.

En cuanto al tratamiento del agua, posee un sistema de reciclaje que evita que estén siendo permanentemente descartados los 27 metros cúbicos. Asimismo, consta de un sistema de cloración y control bactereológico, que es monitoreado por una central ubicada en el subterráneo del edificio.