Emprendimiento y emprendedores
Drucker (1985) señala que no cualquier negocio nuevo y pequeño es un emprendimiento ni quien lo lleva a cabo es un emprendedor. El concepto más aceptado en la actualidad define emprendimiento como una actividad que agrega valor a la sociedad, explotando oportunidades de mercado a partir de la creación de un nuevo proceso, producto u organización. Por otro lado, se asocia inseparablemente al emprendedor el concepto de "resiliencia", que es la capacidad de las personas de sobreponerse a situaciones límite y de asumir desafíos con cierto grado de flexibilidad (De Vries y Shields, 2005). De ello se deduce que el emprendedor es una persona que con resiliencia desarrolla un nuevo negocio. Ellos pueden partir desde diferentes situaciones iniciales de inversión, como el desarrollo de lagunas asociadas a complejos inmobiliarios del tipo San Alfonso del Mar, desarrollo de operadores turísticos nacionales que decidieron ofrecer viajes de intereses especiales de naturaleza y cultura generando una experiencia enriquecedora, o generación de hoteles boutique temáticos, como Tren del Sur en Puerto Montt.
Dicho lo anterior, es interesante notar que los emprendedores tienen ciertas características personales que les permiten llevar adelante sus iniciativas, a saber: compromiso y determinación, liderazgo, búsqueda persistente de oportunidades, baja aversión al riesgo, creatividad y motivación para sobresalir. Son como "monos porfiados", puesto que vuelven a levantarse cada vez que reciben un golpe en su proyecto de negocio. Sin embargo, no se levantan cada vez para hacer más de lo mismo, sino que tienen la capacidad de erguirse con una nueva mirada que revela flexibilidad e internalización de la experiencia vivida.
En Chile el porcentaje de la población adulta que tiene intención de emprender se ha quintuplicado en 7 años, pasando de 8,7% en el 2005 a 43% en el 2012. Paralelamente la gente expresó un mayor afán de buscar nuevas oportunidades y le teme menos al fracaso (CORFO 2014, Emprendimiento en Chile). El desafío país es ahora apoyar el emprendimiento en un proceso continuo a través de los centro de desarrollo empresarial, generar ambientes favorables pare el desarrollo de redes e intercambio de experiencias, a través de co - works y aplicación de instrumentos regionales que permitan que esta potencialidad se traduzca en proyectos exitosos, que efectivamente aprovechen oportunidades de mercado.
Adolfo Alvial.