Secciones

Niños de Puerto Montt aprenden a bordo de una lancha chilota

A valorar el litoral. Más de 2 mil alumnos de establecimientos municipales han navegado por el seno del Reloncaví en una velera como las que en antaño surcaron las aguas australes. En el viaje conocen la costa, la geografía, la fauna y rescatan las antiguas tradiciones marineras de los canales del sur.

E-mail Compartir

Más de dos mil niños de diferentes establecimientos municipalizados de Puerto Montt han tenido la oportunidad de conocer su borde costero desde el mar, navegando en una típica lancha chilota, las mismas que hicieron famoso a Angelmó a través de los pinceles de artistas plásticos como Pacheco Altamirano, Manoly, Hardy Wistuba, entre otros.

Gracias al taller Integración al Borde Costero, desarrollado por el Departamento de Educación Municipal (DEM), alumnos de las escuelas básicas y de enseñanza media técnico-profesional, que siguen carreras ligadas a la actividad marítima, han surcado las aguas de los lugares más representativos del seno del Reloncaví en la lancha Catalina, de propiedad del DEM porteño.

"En casi dos años hemos realizado 130 zarpes educativos, con 16 alumnos en promedio de este taller que es único en Chile. Sacamos a los muchachos del aula para que conozcan desde el mar su propio borde costero y aprendan a valorarlo. Al mismo tiempo, conocen la fauna, las aves, el paisaje marítimo y su importancia patrimonial", explica Helmuth Eisele, capitán de la Catalina y docente del taller.

La ruta que sigue la lancha en sus salidas educativas, la que puede ser modificada sólo por condiciones climáticas, considera el zarpe desde Angelmó, un recorrido por el canal de Tenglo, la costa de Panitao, el canal Maillen, el sector Puqueldón de la isla Maillen y la bahía de Puerto Montt.

La Joya del DEM

La nave construida el año 2009 por las hábiles manos del carpintero de ribera del sector Mañihueico, José Pepe Mautor, con nobles maderas nativas de mañío y tenío, rescata y conserva la tradición del hombre sureño que tiene en sus genes la combinación de madera y mar, característica que inspiró los relatos australes de los cuentos y novelas de Francisco Coloane.

Con 9 metros de eslora y 4,5 de manga, esta verdadera aula móvil puede cargar hasta 10 toneladas. "Con buen viento puede alcanzar una velocidad de hasta 9 nudos (casi 17 kilómetros por hora)", precisa con la mano segura en el timón Helmuth Eisele.

Para facilitar las labores pedagógicas, la nave cuenta con un motor fuera de borda auxiliar de 50 HP, y su bodega principal, aquella en que los antiguos navegantes de nuestros canales utilizaron para transportar y almacenar leña, papas, corderos, mariscos, entre otros productos de la zona, que fue transformada para ofrecer más comodidad a los alumnos durante la navegación.

"El habitáculo tiene espacio para los 16 alumnos de cada viaje, además cuenta con una pequeña cocina y baño. En cuanto a instrumentos de navegación contamos con ecosonda, anemómetro digital, compás y prismáticos", indicó el capitán de la Catalina.

Pero no sólo su estructura de madera es un tesoro. Sus dos juegos de velas sirvieron de lienzo para que los artistas plásticos de Angelmó plasmaran sus obras, recreando seres mitológicos que en la imaginación del marinero de antaño habitó los mares australes.

"Por décadas ha habido una fuerte conexión entre los artistas, la bahía de Puerto Montt, Angelmó y sus veleras. Por ello, el que una tradicional lancha chilota, como las que muchas veces pintó mi padre y otros numerosos artistas, navegue con una obra de arte en sus velas es un símbolo de esta unión que, sin duda, forma parte de la identidad de Puerto Montt", dijo a El Llanquihue Norka Maldonado, artista plástica e hija de Manoly.

La clase en la catalina

A bordo de la Catalina, los niños escuchan atentamente cada instrucción del capitán Eisele. Cada uno equipado con su respectivo chaleco salvavidas, conocen las diferentes piezas de la nave en una rápida pero clara introducción a la nomenclatura náutica.

Tras ello, comienzan a realizar los nudos para izar la vela mayor o cangrejera y el foque o vela delantera. Luego, en equipo, comienzan las maniobras y levantan las velas para que, impulsada por la fuerza del viento, la lancha chilota comience a avanzar sobre la bahía de Puerto Montt mostrando todo su esplendor.

"En este taller, además de conocer y valorar su borde costero en una conducta responsable y amigable con el medio ambiente, los niños aprenden geografía y desarrollan el trabajo en equipo, la solidaridad, la responsabilidad, entre otros valores en un ambiente recreativo. Además de ello, también reciben beneficios físicos al oxigenarse con los vientos marinos", sostiene Eisele.

Primera vez a vela

Ayer, a las 9.15 horas, la Catalina zarpó en uno de sus viajes educativos por la bahía de Puerto Montt con 16 niños profundamente ligados al mar. Se trata de alumnos de la Escuela Rural Puntilla Tenglo, que a diario observan desde un punto privilegiado de la capital regional el tránsito marítimo en el canal de Tenglo.

A pesar de su cercanía con la bahía, mucho de ellos abordaban por primera vez una embarcación a vela. "Es una experiencia muy bonita, siempre había visto estas lanchas de lejos y nunca me había subido a una. Esta es la primera vez que navego a vela", contó Nicole Gallardo, alumna de quinto básico.

Julio Teuquil, también de quinto básico, se mostró sorprendido por la fauna. "Aquí aprendo sobre los animales que viven en el mar y muchas cosas más. Navegar es una bonita experiencia, en especial ver a los lobos marinos", dijo.

Amara Díaz, que cursa el cuarto básico, se quedó admirada por el diseño de las velas: "Los dibujos son muy lindos, es primera vez que navego en este tipo de lanchas, en las que se disfruta con mucha tranquilidad el paisaje y el mar".

Para asegurar el futuro de este taller, el alcalde Gervoy Paredes precisó que "en una ciudad como Puerto Montt es indispensable que se incorpore su borde costero y las tradiciones marineras al plan anual de educación municipal, para lo cual incluso hemos asignado un presupuesto el que hace una semana fue aprobado por el Concejo Municipal".

El edil adelantó que a futuro se espera incrementar los alumnos beneficiados con este taller, "para lo cual está en análisis la construcción de una segunda lancha con características similares, o incluso un poco más grande que la Catalina. Con esto reforzaremos nuestro compromiso con la vocación marítima y turística de Puerto Montt, escenario en el cual es de vital importancia que nuestros estudiantes conozcan su borde costero, su geografía, su fauna y las normas básicas de navegación".

Apoyo privado

Paredes destacó además el apoyo de empresas privadas ligadas al sector marítimo, para vincular a los jóvenes puertomontinos con el mar.

"Tenemos algunos convenios con empresas como Oxxean y gremios como Armasur, con los cuales estamos trabajando en conjunto para que los alumnos de los planteles educacionales de Puerto Montt puedan conocer y sentirse más cercanos al mar", dijo el alcalde. Precisamente, el Club de Deportes Náuticos Reloncaví está realizando un importante aporte para las operaciones de la Catalina, al albergarla en su marina sin costo.

"Este apoyo a la lancha chilota, que realiza viajes educativos, se inserta en el plan que el club Náutico Reloncaví tiene con el objetivo de difundir la navegación a vela y los deportes náuticos en la zona", explicó Cristián Yovanne, presidente del club. Agregó que dentro de las actividades contenidas en esta plan, están las clases de vela y kayak gratuitas y abiertas para niños entre 8 y 16 años, "las que se realizan durante los fines de semana en 11 veleros modelos de la categoría Optimist, Sunfish y Laser, además de ocho kayaks propiedad de nuestro club. En esta actividad también participa el profesor y capitán de la Catalina, Helmuth Eisele".

Con este proyecto educativo, Puerto Montt vuelve a poner su mirada en el mar, tal como lo hicieron hace décadas atrás grandes pintores que retrataron las veleras del canal de Tenglo, colocando a e Angelmó ante los ojos del mundo.

Los niños aprenden geografía y desarrollan el trabajo en equipo, la solidaridad, la responsabilidad, entre otros valores".

Está en análisis la construcción de una segunda lancha con características similares o incluso un poco más grande que la Catalina."

Viajes educativos

En menos de dos años, la Catalina ha desarrollado 130 viajes educativos con 16 alumnos a bordo por cada salida a las aguas del seno del Reloncaví.

Equipamiento

La lancha del DEM está equipada con ecosonda, anemómetro digital, compás, prismáticos y su bodega principal fue acondicionada en habitabilidad.

Velas con arte

Las velas de la Catalina sirvieron de un gigantesco lienzo para que artistas plásticos de Puerto Montt plasmen sus obras, entre ellas seres mitológicos.

Luis Toledo Mora