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FARC libera a soldados y ahora esperan a general

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Dos soldados retenidos por las FARC desde el 9 de noviembre fueron entregados ayer por la guerrilla al Comité Internacional de la Cruz Roja, acción que llevó al Gobierno colombiano a confiar en una "pronta" liberación del general del Ejército secuestrado hace poco más de una semana por los rebeldes.

"Acabamos de facilitar la liberación, en zona rural de Arauca, de dos militares que estaban en poder de las FARC", indicó el Comité. Por su parte, las FARC comentaron que los soldados fueron liberados "sanos y salvos".

Los liberados son Paulo César Rivera y Jonathan Andrés Díaz, retenidos por las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia en una zona rural del municipio de Tame en Arauca, a unos 330 kilómetros al noreste de Bogotá.

"El Ministerio de la Defensa agradece el acompañamiento del CICR (Comité Internacional de la Cruz Roja) y de los países garantes, en este caso Cubaáy Noruega. Se trató de un trabajo conjunto con la fuerza pública, en el cual se garantizó el regreso con vida de los secuestrados a sus hogares", indicó ese Ministerio en un comunicado.

Patricia Rey, vocera del Comité, informó que "todo salió bien" y que los militares están en buen estado de salud.

La liberación de Rivera y Díaz forma parte de la primera entrega de retenidos anunciada por las FARC y que también incluye al general del Ejército Rubén Alzate, a un suboficial y a una abogada que cayeron en poder de la guerrilla el 16 de noviembre en el departamento de Chocó. La retención de Alzate llevó a que el Presidente Juan Manuel Santos suspendiera el proceso de paz con las FARC que se realiza en La Habana.

"Esperamos que muy pronto se dé la liberación del general Rubén Darío Alzate y sus acompañantes para que se reanuden los diálogos de paz", expresó el ministro del Interior Juan Fernando Cristo.

Polémico fallo reaviva el conflicto racial en EE.UU.

Ferguson. Hubo saqueos e incendios en protesta por la decisión de no imputar al policía que le disparó a un joven negro en agosto.
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mgonzalezt@mediosregionales.cl

Saqueos, tiroteos, incendios y al menos 14 heridos generó ayer en Ferguson y otras ciudades de EE.UU. el controvertido fallo judicial que decidió no imputar al policía Darren Wilson por el asesinato del joven negro Michael Brown, ocurrido en agosto pasado.

Desde Los Angeles hasta Nueva York, miles de personas protestaron en paz en contra de la decisión del jurado, aunque en Ferguson (Misuri), manifestantes quemaron edificios, saquearon comercios y dispararon contra policías.

En el suburbio de St. Louis, de mayoría negra, 12 edificios fueron incendiados y hubo al menos 150 disparos contra los uniformados, según la policía, que reportó 80 detenidos.

Hospitales de Misuri informaron de al menos 14 heridos, la mayoría con lesiones leves, aunque no se reveló la naturaleza de las heridas.

Pese al llamado del Presidente Barack Obama y de la familia de Brown a mantener la calma, en Ferguson se registraron ataques a patrullas policiales y edificios, los manifestantes levantaron barricadas y gritaron insultos a la policía, que lanzó granadas de humo y gas lacrimógeno.

En todo el país hubo marchas con carteles y coros de "Manos arriba. No disparen", la consigna que convoca a las protestas contra las muertes causadas por la policía.

Grupos de entre algunas decenas y varios cientos de personas se concentraron en Chicago, Denver, Salt Lake City, Boston y Washington, donde la gente se congregó frente a la Casa Blanca. "Mike Brown es un emblema. El país está hirviendo", dijo Ethan Jury, un manifestante.