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descubren que el método para borrar tatuajes ayuda a tratar el acné

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Hay personas que buscan eliminar sus tatuajes a través de un método láser, proceso que deshace los pigmentos del tatuaje a través de la luz.

Sin embargo, esta operación puede tener otra utilidad. Un nuevo estudio realizado en el Centro de Cirugía Láser y Piel de Nueva York comprobó que los láseres utilizados para borrar tatuajes también pueden ser útiles en el tratamiento de enfermedades de la piel, tales como las cicatrices que deja el acné facial. El hallazgo fue publicado en la revista JAMA Dermatology.

El equipo realizó pruebas en 15 mujeres y cinco hombres, de 44 años de edad en promedio. Todos ellos padecieron y tuvieron cicatrices de acné en su rostro. Los científicos utilizaron seis tratamientos para comprobar su hipótesis.

Según Jeremy Brauer, uno de los autores del estudio, los participantes estuvieron de "satisfechos a muy satisfechos" con los resultados. Después de los tratamientos recibidos, la textura y apariencia de la piel mejoró de manera notable. De acuerdo al especialista, hubo cambios de un 25% a un 50% en los rostros de los voluntarios.

Actualmente, los pacientes con cicatrices de acné realizan tratamientos láser, pero al parecer el descubrimiento tiene que ver con la potencia de la luz.

Los láseres ayudan en la eliminación de cicatrices debido a su capacidad para hacer agujeros microscópicos en la piel, lo que obliga al sistema inmune a construir colágeno, principal proteína estructural de los tejidos conectivos en los animales. De esta manera, el colágeno llena y repara las cicatrices. Este compuesto es muy utilizado en cremas de belleza para prevenir el envejecimiento de la piel.

Los autores creen que los rayos láser para borrar tatuajes pueden ser útiles ya que los resultados "sugieren que la mejora en la cicatrización de este tratamiento va más allá de la remodelación del colágeno", lo que daría mejores resultados. Sin embargo, aclararon que se necesitan más pruebas para ratificar sus análisis.

una dieta alta en azúcar puede agravar la depresión adolescente

alimentación. Un estudio indica que los niños y jóvenes son más propensos a los efectos de la fructosa, que agudiza la ansiedad en el organismo.
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redaccion@mediosregionales.cl

Los peligros del exceso de azúcar no sólo se remiten a la obesidad y la diabetes, sino también puede tener consecuencias a nivel psicológico, sobre todo en los adolescentes.

Un estudio realizado por la Escuela de Medicina de la Universidad Emory, en Atlanta, asegura que una dieta alta en azúcar puede empeorar la ansiedad y la depresión en los jóvenes. Los investigadores presentaron sus hallazgos en una reunión anual de la Sociedad de Neurociencia, entidad con sede en Washington.

"Nuestros resultados ofrecen nuevas ideas sobre las formas en que la dieta puede alterar la salud del cerebro y puede conducir a consecuencias importantes para la nutrición y el desarrollo de los adolescentes", explicó Constance Harrell, líder del estudio, en un comunicado de prensa institucional.

Según los investigadores, la fructosa sería la responsable de este efecto nocivo en los adolescentes. Este compuesto, que junto con la glucosa forman el azúcar común, se encuentra principalmente en las bebidas gasificadas y otros alimentos dulces. Este tipo de comidas es lo que presuntamente cambia la forma en que los adolescentes manejan el estrés hoy en día.

análisis químico

Harrell y su equipo de investigación comparó cómo las hormonas del estrés cambiaron en ratones adolescentes y adultos cuando se les somete a una dieta particular.

Después de 10 semanas, los científicos comprobaron que los roedores más jóvenes reaccionaron de manera diferente al estrés, con una fuerte tendencia a la depresión. Los ratones adultos y otros que llevaron una dieta equilibrada no se vieron afectados.

La fructosa es un azúcar que se encuentra de manera natural en frutas y verduras, pero también se añade a muchos alimentos procesados y bebidas, lo que puede promover efectos cardiovasculares negativos.

También estimula las vías nerviosas que afectan la forma en que el cerebro responde al estrés, lo que puede tener efectos importantes sobre el comportamiento, incluyendo un empeoramiento de los síntomas relacionados con la depresión y la ansiedad.

Según concluyeron los investigadores, estos efectos son de especial preocupación durante la adolescencia, ya que es un momento crítico para el desarrollo de la respuesta al estrés del cerebro.

Según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión es un trastorno mental que afecta a más de 350 millones de personas en el mundo. En el peor de los casos, puede conducir al suicidio, que es la causa de un millón de muertes anuales en el planeta. De acuerdo a la OMS, los casos más frecuentes de depresión se encuentran en los jóvenes de entre 10 y 19 años de edad, grupo que se encuentra tan expuesto al suicidio como al sida y los accidentes de tráfico.

Según indica la Asociación Americana de Psicología (APA), la depresión adolescente es perfectamente comparable con los adultos que padecen este mal. La mala dieta, las presiones sociales (incluyendo el "bullying"), el estrés académico y los problemas familiares inciden en el comportamiento negativo de los adolescentes, factores que de no ser tratados a tiempo pueden terminar en suicidio.

"Es alarmante que la experiencia de estrés adolescente sea tan similar a la de los adultos. Es aún más preocupante que la gente parece subestimar el impacto potencial que el estrés tiene en su salud física y mental", manifiesta Norman B. Anderson, directivo de la APA, a través de declaraciones citadas por dicha entidad.