Con una moderna lavandería cuenta el nuevo Hospital
Doctor Eduardo Schütz. Sus 13 funcionarios advirtieron en forma inmediata el gran cambio e innegable salto tecnológico que mejora la calidad del servicio.
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Erwin Schnaidt Ávila
Es evidente el cambio en las condiciones laborales de los 13 funcionarios que trabajan en la Central de Lavandería del nuevo Hospital Doctor Eduardo Schütz.
Los procesos son todos automatizados, con maquinarias de última generación, con mayores espacios y comodidades que les incentivan a desarrollar su labor en un ambiente donde se respira, además de la limpieza, la camaradería y confraternidad.
Tal apreciación es compartida por Yenny Villegas, funcionaria con 33 años de servicio en el hospital, de los cuales los últimos tres los ha pasado en esa sección, cuando fue nombrada como jefa de esa unidad.
'Todos están súper motivados. Están todos felices. El ambiente es distinto. Aquí a la gente realmente 'les subió el pelo', porque a las condiciones en las que estábamos esto es una maravilla. Ellos se sienten seguros y contentos', reconoció.
Agregó que se trata de un cambio 'de un mil por ciento. Como equipo estamos muy orgullosos de nuestra nueva lavandería, en comparación a la situación en la que estábamos en el hospital antiguo, donde teníamos máquinas de los años 60. Acá nos encontramos con una tremenda tecnología'.
Así fue como desde hace un mes que ya disponen de dos nuevas lavadoras de 180 kilos, otra de 110 kilos y una de 70; además de tres centrífugas, dos rodillos planchadores, tres secadoras de 70 kilos y una de 50.
A ello sumaron dos planchadoras para ropa de menor tamaño, todo lo que permite una capacidad de carga diaria de 2.500 kilos de ropa, lo que se espera ocurra 'cuando estén habilitadas las 500 camas'.
En el hospital de Seminario quedaron cuatro lavadoras (dos de 100 y dos de 50 kilos), tres centrífugas, dos rodillos planchadores de sábanas y cuatro secadoras. Al día, lavaban un promedio de ropa de 1.500 kilos.
Yenny Villegas afirmó que adquirieron dos mil frazadas, cuatro mil sábanas y fundas de almohadas, dos mil cubrecamas, además de camisas (batas) de colores y blancas, para adultos, así como ropa de cama para niños, entre otras cosas.
Los actuales ambientes están separados tanto para ropa sucia, como para ropa limpia, en los que se debe cumplir con un estricto protocolo que impide todo tipo de contaminación o traslado de impurezas.
En cada proceso de lavado se utiliza detergente líquido, probiótico y biodegradable. Además de piróxido de hidrógeno (agua oxigenada) y suavizante líquido. El ciclo completo de lavado es de una hora. Para prepararse ante este cambio, Yenny Villegas recordó que gestionó ante el Hospital de Osorno la posibilidad que su personal viajara a capacitarse durante una semana, ya que allá existe el mismo nivel de avance en esa sección. 'Tuve gran apoyo de la autoridad (del hospital y del Servicio de Salud)', resaltó.
De esa forma, también dejaron atrás la posibilidad de una posible privatización de ese servicio. 'Demostramos que teníamos las capacidades y que también resultábamos más económicos. Eso ayudó montones a que las autoridades se la jugaran por nosotros', afirmó.