Limpiar el basuralaéreo: otra urgencia
En el último tiempo, se ha intensificado -según el clamor ciudadano- el imperativo de limpiar la ciudad de la molesta, antiestética y perjudicial contaminación visual, que implica la maraña de cablerío que se entreteje entre los postes de alumbrado y comunicaciones del centro urbano como de las distintas poblaciones de nuestra capital regional.
Reconociéndose que el soterramiento de esos elementos representa una obra de largo aliento y de complicado financiamiento -aunque plenamente factible si hay voluntad ejecutora y solidaridad público-privada-, la aspiración de la gente comienza por canalizarse en la urgencia de, a lo menos, retirar todo esos cables que se encuentran en desuso y que en la actualidad se observan colgando sobre las cabezas de los transeúntes. Un chocante descuido urbano, que además de incomodar a la población, inevitablemente causa un serio daño a la imagen turística de Puerto Montt, no obstante alzarse como una de las capitales influyentes del territorio.
En la vecina turística vecina comuna de Puerto Varas se acaba de dar el mejor ejemplo que imitar en materia de descontaminación del espacio aéreo. Tras recurrir el municipio lacustre a instancias judiciales, que fallaron en su favor, la empresa suministradora de electricidad Saesa deberá retirar todo aquel cablerío colgante que no sirve del centro de la turísticamente afamada ciudad de los rosales y perla del Lago Llanquihue.
En Puerto Montt, la iniciativa fue considerada un recurso digno de tenerse en cuenta en el marco de las necesidades de descontaminación visual aquí imperantes, que no llegan a resolverse bajo la anestesia de la burocracia y las fragilidades resolutivas.
El concejal Pedro Sandoval, junto con reiterar que dicha medida podría replicarse en nuestro puerto, propone idear un plan de acción liderado por una comisión donde participen el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones, SEC, empresas prestadoras de servicios y el municipio. Y así solucionar en conjunto esta crónica problemática del basural aéreo, que cada vez causa más molestias a la comunidad local y visitante, además de esbozar la apariencia de una ciudad negligente e incapaz de corregir sus propias deficiencia urbanas.