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Iglesia no logra acuerdo sobre trato a divorciados y homosexuales

vaticano. Papa hizo llamado a unidad.

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El Sínodo de la Familia que se celebró en El Vaticano no logró llegar a un consenso sobre el tratamiento que debe dar la Iglesia a los homosexuales o a los divorciados que se vuelven a casar, según se desprende del documento final presentado ayer en Roma.

Unos 190 obispos, cardenales y otros líderes de la iglesia participaron del encuentro -conocido como sínodo- que comenzó el 5 de octubre y finaliza mañana y que el papa Francisco convocó para conciliar ciertas posturas de la Iglesia con el estilo de vida actual.

'Cristo quiso que su Iglesia sea una casa con la puerta siempre abierta', afirmaron los obispos en su mensaje final. Los participantes del encuentro fueron llamados a aprobar por una mayoría de dos tercios un documento de 17 páginas resumiendo sus discusiones, votando por separado cada uno de sus 62 capítulos.

Los tres capítulos que hablan sobre las uniones entre homosexuales y divorciados que se vuelven a casar fueron aprobados con mayorías muy justas, por debajo de los dos tercios, por lo que no fueron formalmente aprobados.

'Eso significa que debemos seguir trabajando en ello', dijo el vocero del Vaticano, Federico Lombardi, en declaraciones citadas por DPA.

Al final del Sínodo, el Papa Francisco proclamó que en la asamblea no se ha puesto en entredicho la 'verdad fundamental' del 'sacramento del matrimonio: la indisolubilidad'.

Así lo afirmó el Pontífice en un discurso pronunciado ante los participantes en el Sínodo, a quienes dijo que su papel como líder de la Iglesia Católica es el de 'garantizar la unidad'.

Francisco enfatizó en que la Iglesia Católica 'no mira a la humanidad desde una torre de cristal para juzgar o clasificar a las personas'. El Papa recordó a los participantes que su función es la de 'recordar a los pastores que su primer deber es alimentar al rebaño (...) que el Señor les ha confiado y buscar acoger con paternidad y misericordia y sin falsos miedos a las ovejas descarriadas'.

Ébola: Obama pide dejar de lado la histeria

reacción. El Presidente de EE.UU. solicitó colaboración para contrarrestar los efectos del virus y se negó a cercar África.

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El Presidente Barack Obama pidió a Estados Unidos que 'no sucumba a la histeria' sobre el ébola y advirtió que lidiar con el mortífero virus requerirá que los ciudadanos, el Gobierno y la prensa participen.

En su alocución semanal por la radio e internet, el Presidente rechazó llamados a que Estados Unidos implemente una prohibición de viajes. Según consignó AP, varios legisladores han dicho que esa sería una medida de 'sentido común' para prevenir que más personas con ébola ingresen a Estados Unidos. Obama dijo que una prohibición así solamente dañaría los esfuerzos de ayuda y las medidas de detección.

'Tratar de sellar una región del mundo -si eso fuese posible - podría empeorar las cosas', dijo Obama.

Las cada vez mayores preocupaciones sobre ébola y los tres casos diagnosticados hasta ahora en Dallas hicieron que Obama nombrase el viernes a un ex asesor de la Casa Blanca como el máximo funcionario a cargo de la coordinación de la prevención.

El Mandatario dijo que no existe 'un brote' o 'epidemia' en Estados Unidos, pero afirmó que incluso un solo caso es demasiado. 'Es una enfermedad grave, pero no podemos rendirnos a la histeria ni el miedo porque eso solamente dificulta proveer a la gente la información necesaria', agregó Obama. 'Tenemos que estar guiados por la ciencia'. En Cuba, el ex Presidente Fidel Castro ofreció a Estados Unidos la cooperación de su país en la lucha contra el ébola, pese a la rivalidad que mantienen ambos países desde hace más de medio siglo.

'Gustosamente cooperaremos con el personal norteamericano en esa tarea (la lucha contra el ébola), y no en búsqueda de la paz entre los dos Estados que han sido adversarios durante tantos años sino, en cualquier caso, por la paz para el mundo', aseguró Castro.