A tres años de un posnatal de clase mundial
Ya llegó septiembre, un mes que tiene múltiples significados para los chilenos, pero sin duda el más importante es que es el mes de la Patria. En pocos días más el comercio, las calles, las escuelas y nuestros propios hogares estarán engalanados de blanco, azul y rojo, recordándonos nuestra identidad y que formamos parte de este Chile que comienza su recorrido por el siglo XXI.
Somos parte de este país, que con una visión de largo plazo, protege la maternidad. Precisamente este hito, alcanzado durante el Gobierno del Presidente Sebastián Piñera, colocó a Chile en la vanguardia en cuanto a la extensión y calidad del permiso posnatal remunerado, siendo pionero en América Latina en permitir a la madre pasar hasta 30 semanas junto a su hijo recién nacido.
Con el nuevo posnatal, promulgado hace ya casi tres años el 6 de octubre de 2011, se permite aumentar la etapa de lactancia y sus beneficios para el niño; cuidar la salud de la madre y facilitar su recuperación postparto, y favorecer el apego entre la madre y el niño. Del mismo modo, los padres de hijos adoptados menores de 6 meses, también gozan de 12 semanas de permiso posnatal, reconociendo a quienes han sido padres tal vez no en aspectos biológicos, pero si a través de un importante acto de amor como es la adopción.
Recuerdo que cuando se discutió el actual posnatal en el Congreso, algunas voces se mostraron críticas a la iniciativa del Gobierno del Presidente Piñera, indicando que extender el posnatal podía afectar la empleabilidad femenina. Lo cierto es que ello no ha ocurrido, y la tasa de participación laboral de la mujer ha aumentado en los últimos años. El primer trimestre de 2011, meses antes que la ley fuera promulgada, dicha variable era de 46,6%, contra un 48,5% del mismo periodo de 2014.
Estas cifras incluso demuestran el postnatal extendido ha sido un incentivo para que las mujeres ingresen al mercado laboral, ya que les permite compatibilizar su desarrollo en el trabajo y el formar una familia, lo que es motivo de orgullo para nuestro país, que hace ya tres años cuenta con una protección a la maternidad de clase mundial.