Hoy, en todo Chile, se conmemora el Día de la Virgen del Carmen, y en Puerto Montt, esta vez, habrá una santa misa al mediodía en su honor en la Catedral, que lleva su nombre, presidida por el arzobispo monseñor Cristián Caro, acompañado por el clero diocesano y el pueblo cristiano. Mientras que, por separado, aunque también contarán con la presencia del pastor arquidiocesano que oficiará una eucaristía, las Fuerzas Armadas y de Orden la homenajearán esta mañana en la base de la Fuerza Aérea en El Tepual.
La Santísima Virgen del Carmen es invocada en nuestra patria como Reina y Madre de Chile, Patrona y Generala Jurada de las Fuerzas Armadas y de Orden. Títulos que son fruto del reconocimiento especial de la protección de la Madre de Dios a través de la historia nacional. El segundo título se origina el 11 de febrero de 1817, cuando el general del ejército chileno Bernardo O´Higgins la proclamó como tal. Mientras que la segunda denominación proviene del 24 de octubre de 1923, por un decreto vaticano emitido por el Papa Pío XI, que autorizó a los chilenos utilizar esta advocación como 'Patrona de Chile'.
En esta oportunidad, y como es tradicional, los chilenos, incluidos sus efectivos militares de aire, mar y tierra, junto a los servicios policiales, rememoran esta histórica devoción. Y, a la vez, renuevan esa fervorosa fe mariana, encomendándose a la Virgen del Carmen para que Chile siga en paz, libre, soberano y progresista, siempre bajo su misericordioso amparo.
La ocasión es propicia para invocar desde el fondo del alma algunas de las principales estrofas de la hermosa Oración por Chile a la Virgen del Carmen:
-'Madre de Chile, a Ti honraron los Padres de la Patria y los más valientes de la historia; desde los comienzos nos distes bendición/ Hoy te confiamos lo que somos y tenemos; nuestros hogares, escuelas y oficinas; nuestra fábricas, estadios y rutas; el campo, las pampas, las minas y el mar/ Protégenos de terremotos y guerras, sálvanos de la discordia; asiste a nuestros gobernantes; concede tu amparo a nuestros hombres de armas; enséñanos a conquistar el verdadero progreso, que es construir una gran nación de hermanos donde cada uno tenga pan, respeto y alegría…'. Que así sea Madre nuestra, hoy y siempre.