Baluartes del augeteatral y la cultura
Anoche, con la obra nacional 'Por Sospecha', quedó desencadenada la benéfica tempestad de la apasionante magia teatral, que por 24 días este invierno cautivará el expectante espíritu de puertomontinos, visitantes y sureños en general, incluyendo esta vez presentaciones en el vecino país, al desplegarse la vigésimo quinta versión de los Temporales Internacionales de Teatro, que tendrá como escenario central el Teatro Diego Rivera de Puerto Montt, junto a itinerancias en otras ciudades del sur de Chile y en Bariloche, Argentina.
El esfuerzo organizativo puertomontino, encabezado por el municipio, cobra cada vez más connotación no sólo por la calidad de los participantes y el buen desarrollo del prolongado espectáculo, sino que también por el relevante aporte de constructiva y enriquecedora entretención que hace a la comunidad local y regional. Lo que, al mismo tiempo, viene a confirmar lo importante que es descentralizar la cultura.
Al cumplirse otro trascendente episodio de los Temporales Internacionales de Teatro, los porteños no pueden dejar de recordar -con especial gratitud y cariño- a quien fuera el líder precursor de estos grandes eventos: el fallecido dramaturgo aquí radicado Mauricio de la Parra, quien ideó, llevó adelante y proyectó al mundo estos encuentros con lo mejor del teatro nacional y del globo. Y esta es la mejor ocasión para renovar el compromiso puertomontino de dedicarle -en su honor- el reconocimiento de un monolito que perpetúe la imagen de este insigne promotor del arte escénico. Como se recordará, el propósito después de su deceso, fue crear su efigie e instalarla, mirando hacia el Teatro Diego Rivera, al lado del monumento a Gabriel Mistral. Aunque aquellas buenas intenciones se han diluido en el tiempo, esta puede ser la ocasión de poner manos a la obra.
En esta oportunidad, recordamos también, con mucha emoción, a uno de los grandes artífices del teatro chileno, actor y director, y también redactor comentarista de esta disciplina, el maestro Domingo Piga Torres, quien honró a El Llanquihue, apoyándonos con sus sabios y amenos artículos en pasadas versiones de estos encuentros teatrales.
Nuestra admiración a estos baluartes. Y nuestro aplauso a tan magnífico regalo cultural.