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Douglas y Zeta Jones celebran iniciación judía de su hijo

ritual. Dylan Michael, el primogénito de los actores, realizó el 'Bar Mitzvá' junto al Muro de los Lamentos en Jerusalén.

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Los actores Michael Douglas y Catherine Zeta Jones visitaron Israel este fin de semana para celebrar el 'Bar Mitzvá' (iniciación litúrgica del judío en la vida adulta) de su hijo Dylan Michael, junto al Muro de los Lamentos.

El matrimonio llegó a Jerusalén el jueves y se hospedaron en la suite presidencial del histórico Hotel King David, con un precio de unos US$ 5.400 la noche, según información entregada por la prensa de la zona.

El objetivo del viaje es celebrar, junto al mayor santuario judío, el Bar Mitzvá de su hijo mayor, ceremonia equivalente a la comunión para los católicos y que en el judaísmo se realiza a los 13 años, edad en la que el menor pasa a ser espiritualmente adulto. El acto tuvo lugar, según el diario Yediot Aharonot, en uno de los túneles junto a ese santuario, que fue especialmente abierto para la ocasión.

De acuerdo al diario Forward, la familia celebró una primera ceremonia en mayo en Nueva York y con este viaje quería completar la tradición de muchos judíos que viven fuera de Israel de hacerlo también frente al santuario que recuerda el bíblico templo de Jerusalén. Estos últimos días, los dos actores han sido vistos, acompañados de sus dos hijos, paseando por la ciudad vieja de Jerusalén y por otros lugares santos.

El origen judío de la familia Douglas (originalmente, Danilovich) se remonta a los abuelos del actor y director, que emigraron de Bielorusia a Estados Unidos a principios del siglo XX. Kirk Douglas, padre de Michael y abuelo del menor, regresó a sus raíces judías hace quince años, lo que puede haber influido en la decisión de su nieto en relación con los ritos del judaísmo.

Museo Pablo Fierro, el sueño de vivir del arte

Puerto Varas. El centro cultural es atendido por su propio dueño y creador, quien remodeló el espacio hace 8 años.

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Un museo que para muchos podría parecer otro espacio cultural más, para quienes se dan el tiempo de pasar y conversar con Pablo Fierro, se dan cuenta qué lo diferencia de otros lugares.

Atendido por su propio dueño y creador, la casa ubicada a la salida de Puerto Varas esconde historias en cada una de sus esquinas, en cada dibujo y pintura, y en las miles de cartas escritas por visitantes de diversos países, las que fingen ser parte de la decoración de la casa.

Dedicado hace 26 años al arte y hace 8 dándole forma a la idea del museo, Fierro comenta cómo ha sido el trayecto desde sus inicios hasta el presente, donde vive de lo que más ama, gracias a su esfuerzo, dedicación y sobre todo perseverancia.

Quizás suene a otro ejemplo de alguien que con un poco de suerte salió adelante y alcanzó sus metas, sin embargo, este pintor no sólo se da el lujo de realizar diariamente en lo que más le gusta, sino que también de compartir esa posibilidad y ofrecer una galería permanente de su trabajo.

A pesar de que siempre supo que esto era para él, fue recién a los 23 años cuando comenzó los estudios de luz y sombra, los que luego fue desarrollando durante ese verano en Angelmó, donde fue exhibiendo sus trabajos principalmente a los turistas que andaban en la zona.

Esto incentivo a Pablo para más tarde llevar a cabo su primera galería en el pueblito Melipulli de Puerto Montt, que con el tiempo fue ampliando y que más tarde le entregaría la oportunidad de irse a Europa, viaje que le permitió asistir a un festival de arte, además de conocer distintos lugares que fueron clave para que surgiera la idea de crear un museo como el que tiene hoy.

Poco a poco fue dándose cuenta del interés que la gente tenía de encontrar un lugar como este, entonces llegó hasta la casa abandonada que actualmente le da el sustento diario para él y su familia.

'Me ha costado mucho tener esto acá. Llevo 8 años, de los cuales cuatro han sido muy difíciles, hasta que empecé a mejorar y tuve espacio para guardar el Citroën y le puso un poco de magia al museo, porque la historia no puede entrar siempre de la misma forma. Tiene que encantar, sorprender', cuenta el artista.

Si bien Pablo reconoce que el trabajo y la autonomía de ello es agotador, los agradecimiento de los visitantes que han llegado, quienes le han dejado más de 5 mil cartas, es lo que le reconforman y animan para continuar.

El Museo Pablo Fierro, ubicado en Avenida Vicente Pérez Rosales S/N, Costanera Puerto Varas, está abierto de lunes a sábado de 9 a 13 horas y de 15 a 20 horas. La entrada es liberada, con aporte voluntario.