Barrios marítimos:otro tesoro porteño
Uno de los aciertos gubernamentales que, sin duda, significarán un importante aporte a la consolidación y fortalecimiento de las tradiciones y patrimonios de Puerto Montt, representan las inversiones actualmente proyectadas para los barrios más antiguos, que serán declarados zonas típicas, como es el caso del núcleo conformado por las añosas calles Ecuador, Chorrillos y Miraflores, donde sus habitantes oportunamente se pronunciaron en forma mayoritaria a favor de esta desarrollista iniciativa, que implicará una tonificante inyección turístico-cultural para la capital de la Región de Los Lagos.
La Municipalidad y el Ministerio de Vivienda y Urbanismo se han unido en torno a esta innovadora propuesta urbanística, que procurará materializar el rescate y permanencia en el tiempo de las genuinas esencias de sectores de especial raigambre marítima, en cuanto a los estilos de viviendas -donde se amalgamaron las tradiciones germanas y criollo-chilotas- en un puerto de orígenes eminentemente marineros y navegantes. Partiendo desde la pintoresca caleta pesquera de Angelmó, siguiendo por su costa y trepando ciudad adentro, se extenderá a través de vías vetustas, policolores, únicas en su variedad de construcciones -como Chorrillos y Miraflores-, que se ramifican hacia el cerro Miramar frente a la bahía y, paralelamente, a otras arterias que se van entrelazando colina arriba.
Este gran proyecto de revalidación turístico-cultural para los sectores más pretéritos de Puerto Montt, como el señalado, y para el que se consideran recursos del orden de los 950 millones de pesos (y ojalá también el de Huasco) permitirá que la capital de la Región de Los Lagos se vaya desarrollando con prestancia y, particularmente, en armonía con su pasado. En una actitud de profundo respeto y reconocimiento a los heroicos forjadores del pionero Melipulli, en cuyas primigenias embarcaciones desembarcaron el espíritu aventurero, el temple aguerrido, la voluntad perseverante y la determinación progresista de nuestros primeros habitantes, cuyo legado y costumbres estamos dispuestos a preservar como el primer día, compartiéndolo con nuestros huéspedes. Y, sobre todo, como el mejor ejemplo de amor y trabajo que imitar por el bien de Puerto Montt.