Han transcurrido dos años, desde que un incendio destruyera (noviembre de 2012) el tradicional Hotel Colina, en pleno centro de Puerto Montt, cuyos escombros, así como los de otros locales comerciales circundantes dañados, continúan todavía en el sector afeando la ciudad y dando una chocante imagen de descuido a la capital regional.
El tema fue abordado en reciente carta enviada a este rotativo por el presidente de la Cámara de Comercio, Industria y Turismo de Puerto Montt, Orlando Bahamonde, que publicamos en estas páginas. Institución que se ha distinguido precisamente por su permanente preocupación por el buen desarrollo de nuestro puerto y por su generosa y constructiva colaboración cuando así se ha requerido.
De manera que la razonable preocupación de esta importante institución porteña, amerita una atención acorde de parte de las autoridades y organismos que velan por la buena marcha y progreso de la capital de la Región de Los Lagos. Tanto los propietarios de los incendiados inmuebles, como los responsables de la calidad de vida urbana, están a tiempo de adoptar un decisión definitiva en conjunto, que posibilite, de una vez, librar a la comunidad del serio peligro que significa mantener en pie el cascarón de un alto edificio destruido por el fuego, reemplazándolo por un complejo urbano más amable y atractivo.
Todo un punto negro, en pleno corazón del centro de Puerto Montt, entre las calles de más movimiento como son Varas, Talca y la propia costanera. Y que, por lo mismo, revisten un mayor riesgo para los transeúntes, así como también refleja una actitud de indiferencia y desidia, que no se condice con la historia de pujanza y laboriosidad de Melipulli.
Convengamos también que con ésto, en alguna medida, se lesiona igualmente el prestigio de anfitrión puertomontino. Pues, estos descuidos urbanos no son ningún aporte a los quilates turísticos que se le anhela otorgar a Puerto Montt. Al contrario, impactan y ahuyentan. Perjudican.
No olvidemos que el venidero será otro verano de gran dinámica de visitantes, que podría verse otras vez resentido por la presencia de estos escombros en pleno centro de la capital regional.