Chaiteninos protagonizan su propia película sobre la catástrofe del volcán
Cine. La cinta 'La madre, el hijo y la abuela',
La idea comenzó hace un par de años, tras un rescate fotográfico que Benjamín Brunet, director y creador de 'La madre, el hijo y la abuela', realizó durante su estadía en Chaitén. Luego de ello, la inquietud por un cortometraje surgió; sin embargo, el objetivo inicial se transformó en esta película que refleja la vida de los propios habitantes del lugar.
De esta forma lo explica Brunet, quien señala que la identidad es la principal temática que se aprecia en el rodaje.
El comunicador audiovisual, nacido en Puerto Varas, destaca que la idea es poder contar la realidad vivida de la región.
'La cinta también tiene que ver con algo más del sur, donde se da mucho la ausencia de los hijos que se van a estudiar fuera. La mujer está entrando en un etapa donde está dejando de ser mamá y a la vez hija, porque sus papás están por fallecer', dice el cineasta, agregando que si bien su producción tiene la atmósfera y contextualización de lo ocurrido con el volcán Chaitén, a diferencia de lo que muchos pensaron, la película se centra en el relato.
'La madre, el hijo y la abuela' narra la historia de Cristóbal, un fotógrafo de 28 años nacido en Chaitén, pero criado lejos de su ciudad de origen, por lo que en su adultez decide viajar a reencontrarse con su raíces perdidas a través de la fotografía.
Por otra parte está María, una abuela enferma que espera morir en su casa de toda la vida, y María, su hija, quien, para ayudar a su madre, quiere llevarla a Puerto Montt.
'Se generan varias postales familiares en las que entre ellas la señora ve la presencia de un nieto en Cristóbal, el que a su vez encuentra un hogar y las raíces que no ha tenido en otra parte, supliendo esa necesidad', comenta Brunet.
Destaca que los personajes son 'actores naturales'; es decir, no profesionales, ya que son los propios chaiteninos quienes protagonizaron la película, interpretándose a sí mismos.
Ana Gallegos es una de ellas, que sin dudarlo ayudó a los jóvenes, regalándoles su participación. 'Fue una experiencia súper bonita que voy a recordar por siempre, porque no cualquier hace una película', confiesa una de las pocas habitantes del lugar luego de la tragedia del volcán.