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La fiesta religiosa que trae a colación los más ricos sabores de nuestro océano

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Queda menos de una semana para que el mundo religioso celebre la resurrección de Jesús en un tiempo de reflexión denominado Semana Santa. Instancia que, fuera de la fe, tiene varias implicancias más, entre ellas, en lo gastronómico.

Tiempo en donde los productos marinos -más allá de la discusión de si la austeridad tiene que ver o no con el consumo de carne- brillan como nunca, donde están más a la vista de todos y momento en que los comerciantes de los mariscos disfrutan de los beneficios de la mayor preferencia en las compras.

En los mercados de Puerto Montt ya se nota un ambiente especial ya mayoría de los vendedores alistaron sus puestos para atraer a la mayoría de los consumidores.

Sobre el valor de los mariscos, los vendedores aseguran que no subirán la vara e invitan a acercarse para cotizar y seleccionar lo que deseen.

Así, por ejemplo en Angelmó, el kilo de almejas cuesta mil pesos, la mitad de ese valor para los choritos y las cholgas. El choro maltón, por otra parte, está a mil pesos el grande; el más pequeño, a $800.

Las ostras y las machas se empinan por los 3 mil pesos, al igual que el frasco de piure. Dejando en 2 mil 500 pesos el frasco de mariscal surtido.