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Temen el cierre de la escuela rural de Ilque por baja matrícula

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Carlos Véjar Davis

Dos kilómetros a diario recorre Jaime Adán Almonacid, de siete años, desde su hogar hasta el colegio. Él es uno de los seis niños que asiste a diario a las clases de la escuela rural de Ilque.

El director del establecimiento, Patricio Oporto, teme que el recinto, emplazado en el sector costero, corra la misma suerte de otras escuelas. Esto porque 12 colegios dejaron de funcionar -a principios de 2014 en la región- por motivos de baja o nula matrícula.

El caso de Jaime Almonacid, para el director de esta escuela unidocente, es clave puesto que de dejar de funcionar la escuela de Ilque, el estudiante y sus compañeros deberían ser reubicados en otros planteles que están a más de 10 kilómetros de la localidad.

"Cuando nosotros vemos las cifras de matrícula, que van en caída libre, lo mínimo que podemos hacer es preocuparnos", dice el profesor y director de la escuela.

Es que los números de descenso en la cantidad de alumnos son categóricos: si en 1990 había 52 alumnos, 20 años después quedaban 15 en los libros de clases. Y hoy, son seis.

Además de la preocupación por los estudiantes, el director planteó la necesidad de tener en cuenta al menos dos variables.

Una de ellas tiene que ver con el factor patrimonial de la escuela, la que funciona desde 1845. Si bien en ese entonces dependía de la Iglesia, el espacio ha sido el punto de encuentro de los niños del sector.

"En ese tiempo se usaba la capilla, la que fue refaccionada hace poco. En 1898 pasó a ser escuela pública, reconocida por el Estado", precisa el encargado.

Asimismo, también las dependencias del recinto son usadas por la comunidad como sede vecinal, donde realizan reuniones entre ellos y reciben a las autoridades que visitan Ilque, entre otras actividades públicas.

De manera formal, esta semana el colegio ingresó un escrito a la Municipalidad de Puerto Montt, donde en síntesis piden ayuda para levantar la matrícula y mejorar las condiciones de los niños que asisten a clases. Por ejemplo, solicitan financiamiento para contar con teléfono y una conexión a Internet.

Esto último es relevante ya que el pasado miércoles, día en que se suspendieron las clases en la región por motivo del terremoto de Arica e Iquique, ellos sólo se informaron de la cancelación de actividades por los medios de comunicación, respecto a la medida tomada por el Ministerio de Educación y organismos de emergencia

Otras solicitudes, las que esperan exponer también al Concejo Municipal, son la construcción de una sala cuna y un jardín infantil, ya que en 2015 comenzará a regir la normativa que exige obligatoriedad en la educación prebásica.

"Queremos recuperar nuestra escuela, conseguir recursos que entendemos que sí existen. Nosotros contamos con un edificio en buenas condiciones, el que fácilmente puede recibir a 50 niños, y no los seis de hoy", puntualizó Oporto.

Desde la Dirección de Educación Municipal (DEM) de Puerto Montt, su encargado, Ricardo Lanyon, descartó la posibilidad de que el establecimiento de Ilque se cierre, como resultado de la bajísima matrícula actual.

"Quiero transmitirle a la comunidad que no existe una política ni instrucción para evaluar la existencia de la escuela de Ilque. Existe una política municipal que las escuelas rurales, en sectores apartados, sean un centro de acogida para nuestros niños", expresó Lanyon.

El jefe del DEM, quien mantuvo una reunión con Oporto a raíz del escrito que presentó en el municipio, también comentó lo ocurrido esta semana por la desinformación en Ilque, a propósito de la suspensión de clases tras el terremoto del norte y alarma de tsunami nacional. "Hay un problema de conectividad que lo vamos a trabajar", apuntó y enfatizó -sobre la exigibilidad de educación prebásica-, que también es un tema pendiente.