La huelga de pilotos de Lufthansa, que paralizó el tráfico aéreo alemán durante tres días hasta el viernes recién pasado, dejó casi medio millón de pasajeros afectados y pérdidas por decenas de millones de euros, según informó ayer la mayor compañía aérea de Europa.
La medida de fuerza de unos 5.400 pilotos obligó a cancelar desde el miércoles cerca de 3.800 vuelos, lo que implicó que 425.000 pasajeros se vieran afectados. Durante la huelga, la compañía pudo operar un diez por ciento de los vuelos previstos gracias a pilotos voluntarios y directivos con carnet de vuelo.
"Las consecuencias de la huelga son tremendas", señaló Kay Kratky, directivo de la compañía, apuntando también al golpe a la imagen que sufrió Lufthansa. Esto porque en los últimos 12 meses, la compañía registro un total de siete huelgas de diverso calibre.
El sindicato de pilotos Vereinigung Cockpit, que convocó la huelga en reclamo de aumentos salariales y el fin de las prejubilaciones, celebró la contundencia que logró la huelga. "Enviamos una clara señal que la directiva tiene que haber recibido", dijo Jörg Handwerg, portavoz del sindicato.
Sin embargo, la medida no provocó acercamientos entre las partes y la compañía advirtió de que no mejorará su oferta en la negociación con los pilotos, que podría reanudarse ya la próxima semana.
El sindicato de pilotos podría retomar sus medidas de presión una vez que concluyan las vacaciones de pascuas, a fines de abril. Ayer se retomaron los vuelos de la compañía con normalidad. El primer vuelo que se realizó fue desde Singapur.
El presidente saliente de Lufthansa, Christoph Franz, calificó la huelga de tres días de "desproporcionada" en una entrevista con el diario "Handelsblatt".
En el primer día tras la huelga, Lufthansa volvió a operar hoy con total normalidad. "Todo va según lo previsto. Tampoco tenemos retrasos", señaló una portavoz. A lo largo del sábado estaban previstos unos 1.800 vuelos sólo en el aeropuerto de Frankfurt, Alemania.
Pese a que la huelga afectó a un número importante de pasajeros, los aeropuertos europeos no colapsaron durante los tres días que duró el conflicto porque ya habían sido notificados de la noticia.