Vicente Pereira y
Javier Andrade
Momentos de terror y angustia vivieron los puertomontinos que viven en la zona del terremoto y que a la distancia narran su experiencia este 1/A, durante el terremoto y tsunami registrado la tarde-noche del martes en el norte del país.
Todos tuvieron que partir al cerro a pasar la noche tras el sismo. Y ayer debieron sortear los mayores problemas, que pasan por la falta de insumos básicos, como el agua, aunque no en todos los casos.
Una de las restricciones que tienen es que sólo pueden cargar hasta $20 mil en combustible.
Otro tema en el que la mayoría coincide es el rumor que existe de que podría venir un sismo peor.
Un caso es el de Jimena Soto Alvial, quien desde hace unos seis años vive en Arica y quien cuenta que al momento del terremoto estaba en "casa con mi pareja y mi hija de un año cinco meses, todos en un dormitorio del segundo piso. Menos mal que estábamos los tres juntos. La casa queda lejos del mar".
Tras el sismo de 8,2 grados, "nos ubicamos en la zona segura, cerca del clóset. Hubo un corte de luz, incluso se vieron chispazos en los postes. Estábamos con miedo y me pareció que el movimiento fue largo y muy fuerte. De inmediato le envié un mensaje de texto a mi mamá -que vive en Puerto Montt- para decirle que estábamos bien, aunque asustados".
De lo que vino después, recuerda que "no se rompieron cosas, sólo se cayeron algunos adornos livianos en el living. Yo estaba preparada para una emergencia de este tipo, tenía plata en efectivo (hay problemas con los cajeros), los autos llenos de combustible, radio a pilas a mano, linterna y velas. Obviamente, mi cajón con víveres (hasta comida para el gato y la perra) y harta agua potable (5 bidones de 20 litros). Eso a grandes rasgos, jajaja. Menos mal que me preparé. También aseguré la loza y cosas que se podían quebrar, etc. Nuestras mascotas (una perra y un gato) también se asustaron".
Algo parecido vivió Ignacio Cáceres, quien detalla que su "casa se movía como una jalea", mientras que en la calle, con la gente y los autos, se vivía una situación caótica.
El fuerte sismo lo pilló en momentos en los que se preparaba algo para comer. "Fue fuerte, duró como un minuto, minuto y medio... Fue algo fuerte", relata.
Una vez que pasó el movimiento, Cáceres procedió tomar sus cosas, cortar la luz y desconectar el gas, para luego partir a un cerro.
Ya fuera de su casa, se encontró con un panorama que daba cuenta de "gente peleando, discutiendo, alegando por todos lados... Llegué al cerro y estuve como hasta las 4 de la mañana".
De vuelta, se enfrentó con el impacto producido por el sismo: "Se sentía muy fuerte el olor a mar. Había neblina e incluso había agua en la calle y estaba obligado a pasar por este lugar para llegar a mi casa, que resistió bien aunque cayeron dos teles, un horno, platos y unos muebles".
Al igual que Soto, Cáceres cuenta que "tenía el bolso listo, con las cosas necesarias y otras, como atún, que se pueden comer en momentos de emergencia".
Ignacio Cáceres vive junto a su primo Mauricio Cáceres, quien se encontraba realizando compras, por lo que "tuve que salir a alumbrarle y cuando lo encontré me comentó que había sacado a unos niñitos que estaban cerca de un poste que estaba con riesgo de caerse".
Otro que tuvo que dejar sus cosas y partir al cerro fue el ex capitán de Deportes Puerto Montt, Leandro Delgado, hoy en Iquique.
El central cuenta que lo primero que hizo fue salir lo más rápido posible hacia la zona de seguridad. "Uno más o menos conocía las vías de evacuación y de seguridad. También tenía el bolso a mano", revela.
Sin embargo, "cuando llega el momento es poco lo que uno puede salvar y trata de arrancar luego nomás".
Delgado vive en el segundo piso de un edificio, cerca de la playa, por lo que también "está el miedo que entre el mar, pero como se demora un tiempo, se alcanza a arrancar a un lugar seguro".
Con su familia y su mascota, salieron y comenzaron a "correr hacia arriba".
Por la tarde, Leandro Delgado participó de un reunión con el plantel y luego acudió al supermercado, al Jumbo, "que es el único que estaba en funcionamiento".
Quien también vivió una noche complicada, fue el ex director técnico de Deportes Puerto Montt, Jaime Vera, quien hoy dirige a Deportes Iquique. "Estamos bien, pero vivimos una situación bastante crítica. Tuvimos que evacuar desde el departamento donde resido en un tercer piso que está al frente a la playa. Esperamos que comenzaran a sonar las alarmas, y me dirigí a la zona segura".
Luego, cuenta que "pasamos toda la noche aguantando que pasara el tiempo en penumbras y la situación fue bastante caótica".
Vera cuenta que sostuvo una reunión con el plantel para saber qué hacer, ya que este fin de semana juegan en Santiago.
"Vamos a ver que se nos viene ahora, estamos en una zona de catástrofe y no sabemos si podremos viajar, tenemos que ver como está el plantel. No hay agua, ni luz, con el correr de las horas la situación podría empeorar si se acaban los víveres", señaló Vera.