La "marcha blanca" del Gobierno
Es de esperar que el proceso de "rodaje" de la nueva administración sea eficiente y esperanzador respecto del desarrollo de la zona, que tiene su propias urgencias.
La instalación del nuevo gobierno no ha sido sencilla. La caída de cuatro subsecretarios antes que asumieran sus carteras, marcó la pauta de lo que vendría. Una elección mucho más prolija de las nuevas autoridades retrasó los nombramientos de los gobernadores -fueron designados sólo horas antes de jurar el 11 de marzo-, de los seremis y de los directores de servicio. Es que como se ha dicho en todos los tonos, Chile cambió y la ciudadanía exige hoy personas idóneas para los cargos de confianza de la administración entrante.
No obstante, sigue llamando la atención lo ocurrido con el chequeo de los nombres. El caso de la gobernadora de Chiloé es particularmente llamativo. Si bastaba con ingresar su rut al sistema para advertir que tenía una polémica ficha social y hasta recibía el "Bono Marzo"…
Y por otra parte, cuesta comprender, que tanta gente "disponible" para asumir tareas de responsabilidad pública "luzca" semejantes antecedentes. ¿Acaso ya no hay número suficiente de gente intachable dispuesta a servir al país desde el aparato del Estado?
Claro está que Bachelet requiere de personas competentes para cumplir el ambicioso programa de gobierno que establece reformas y cambios profundos, para lo cual no sólo hay que aunar voluntades y alcanzar acuerdos, sino que además deben hacerlo en los tiempos siempre acotados que exige una ciudadanía empoderada, vigilante y hasta impaciente.
A nivel regional, la mayoría de los nombres que asumieron en cada una de las seremías son caras nuevas -salvo excepciones-, que cumplen con la máxima de renovar la política; y lejos de cuestionar su falta de experiencia en este tipo de cargos, lo que cabe es darle la oportunidad para que demuestren sus competencias profesionales. Porque debemos suponer, que todos efectivamente se la jugarán por servir como corresponde al país.
En consecuencia, y pese a los tradicionales ataques políticos interesados que se producen siempre tras los cambios de administración, lo que se inicia es un período de "marcha blanca", que sin embargo tiene el contrasentido de los plazos acotados por las expectativas de la gente.
Como sea, por el bien de la región y su gente, es de esperar que el "rodaje" sea eficiente y esperanzador respecto del desarrollo de la zona; que tiene una lista propia de tareas a ejecutar, al menos durante esta administración.