El nexo entre los Bancos Centrales baja inestabilidad de las tasas
Mauricio Mondaca
La comunicación que han hecho cuatro Bancos Centrales de la orientación de las decisiones sobre tasas de interés ha reducido la volatilidad de los tipos de interés oficiales previstos para los próximos años.
Así se desprende de un artículo que el Banco de Pagos Internacionales (BPI) publicó en su último informe trimestral, en el que analiza la situación actual de los mercados financieros.
El BPI señala que, sin embargo, "no están tan claros sus efectos sobre el nivel de dichas expectativas y sobre la respuesta de los mercados financieros ante las noticias".
"El futuro de las estrategias de comunicación orientadora depende de cómo hagan frente los bancos centrales a una serie de importantes retos", dijeron los autores Andrew Filardo y Boris Hofmann del BPI.
Cuatro de los principales Bancos Centrales, la Reserva Federal estadounidense (Fed), el Banco Central Europeo (BCE), el Banco de Japón (BoJ) y el Banco de Inglaterra, han adoptado nuevas estrategias de comunicación de la orientación de sus decisiones sobre tasas de interés para aumentar el estímulo de la política monetaria cuando las tasas rondan un nivel de cero.
Esta nueva comunicación puede reducir la incertidumbre reduciendo la volatilidad sobre los tipos de interés y, mediante este canal, también sobre las primas de riesgo.
Pero para que esta nueva estrategia sea efectiva debe ser comunicada claramente al público, explicando lo que el banco central quiere conseguir y cómo responderá a los cambios económicos, según el documento.
Si esto es muy complicado puede confundir al público y llevar a interpretaciones contradictorias sobre las intenciones de política monetaria.
El informe se pregunta cuánto tiempo se va a implementar la nueva estrategia de comunicación, y estima que dependerá de cómo consiga navegar de los estadios finales de la recuperación de la crisis a la normalización, según los autores del artículo.
En otro acápite del informe trimestral, el Banco de Pagos INternacionales advierte que las recientes alzas de los tipos de interés en las economías emergentes para estabilizar el tipo de cambio de sus divisas podrían minar la macroeconomía por la acumulación de deuda que tienen.
El BPI agregó que "en la coyuntura actual, valorar la postura monetaria apropiada en muchas economías emergentes es complicado por el hecho de que las condiciones de política monetaria han sido muy expansivas los últimos años".
Restringir podría normalizar la política, alineando mejor las tasas de interés con las condiciones macroeconómicas, porque el prolongado periodo de bajos tipos de interés ha estimulado la rápida acumulación de deuda en algunos países, añadió el documento.
Subir las tasas de interés en un momento de debilitamiento de las perspectivas económicas "podría precipitar una relajación desordenada de los desequilibrios financieros al incrementar el costo del servicio de la deuda de prestatarios desbordados", reza el informe.
Para el BPI, los tipos de cambio de las economías emergentes se depreciaron 10% en 2013 frente al dólar.
Según la entidad, los inversores aceleraron su retirada de las economías emergentes hacia finales de 2013, "conforme sus débiles perspectivas de crecimiento seguían alejándose del optimismo imperante en los mercados maduros y a medida que la política monetaria estadounidense reducía su flujo de dinero".
El Banco Central ruso vendió US$ 7.800 millones en enero, en comparación con los US$ 7.000 millones en junio y julio.
El peso argentino, la lira turca y el rand sudafricano también se depreciaron con fuerza desde comienzos de 2014 y hasta el 3 de febrero porque los mercados penalizaron a países con elevados déficit por cuenta corriente.
Los Bancos Centrales de estos países subieron con fuerza los tipos de interés.
"Aunque la reciente caída de los tipos de cambio de las economías emergentes guarda parecido con el episodio de ventas generalizadas de mediados de 2013, los factores subyacentes son distintos", dijo el BPI, cuya sede está en la ciudad suiza de Basilea.
A mediados de 2013, las fuertes depreciaciones tendieron a concentrarse en las monedas de economías de mercado emergentes con abultados desequilibrios externos, elevada inflación o rápido crecimiento del crédito interno.
Esta vez, sin embargo, las depreciaciones reflejaron incertidumbres políticas y diferencias en las perspectivas de crecimiento entre distintas entidades.
La caída del préstamo interbancario transfronterizo se aceleró en el tercer trimestre de 2013 sobre todo en la Zona Euro y en Suiza, según las últimas cifras del Banco de Pagos Internacionales (BPI). Los préstamos interbancarios transfronterizos pasaron de US$ 22,7 billones a finales de marzo de 2008 a US$ 17 billones en septiembre de 2013. La mayor parte de esta caída afectó a la Zona Euro, con una reducción acumulada del 31% o US$ 2,6 billones.