La apuesta musical de Seidú, una banda inspirada en La Ligua
Amelia Carvallo
Seidú es un nombre propio de origen africano y es el que Pablo Quezada escogió para la banda que formó en 2011 y que debutó a mediados de 2013 con el disco "Folklórika, Rokérika, Populárika!". La agrupación tiene una marcada influencia teatral en sus presentaciones y hoy se abre paso en la escena nacional.
- ¿Cuántos son los integrantes de Seidú?
- Somos seis y cada uno tiene un seudónimo: en la batería está José "La Hormiga" Valencia, una de las voces es Arturo "Viejo Deivid" Quezada, la otra voz es la Carola "Pihui" Abarzúa, única integrante femenina del grupo, en guitarra Esteban 'Shofunk' Luna, el tecladista Andrés "Boombaxx" Abarzúa, que también hace el bajo por medio de un sintetizador análogo, Nelson "Luchaespíritu" Rojas en las percusiones y otros instrumentos y yo, Pablo "Seidú" Quezada, en guitarra y voz.
- ¿Cuáles son las ventajas de tener una agrupación numerosa y por qué se hacen llamar un colectivo artístico?
- Una de las características principales de la banda es lo ecléctico, lo disímil y heterogéneo de los integrantes, porque somos una banda donde cada integrante tiene un personaje particular; por ejemplo el weichafe "Luchaespíritu" sale a cuero pelao, con la cara pintada, lleno de instrumentos ancestrales como tarkas, trutrucas y percusiones; por otro lado "Boombaxx" toca una serie de instrumentos electrónicos y teclados y los cantantes hacen una serie de juegos de voces y de personajes. Como fui mucho tiempo músico de teatro, cada integrante llegó a la banda a través de ese mundo. No se trata de una banda en la cual salimos uniformados con un mismo color, sino que todos vamos más o menos en nuestro personaje.
- ¿Cómo es la puesta en escena de sus recitales?
- Bastante energética, potente, con la fuerza del rock y de lo folclórico. La gente comenta nuestras tocatas porque tienen mucha energía. Somos tres voces y se producen una serie de diálogos musicales entre distintos personajes dentro de la misma canción. Hay muchos solos de percusión, de guitarra y partes musicales electrónicas junto a visuales con material no solamente de nosotros, sino que también de nuestros distintos proyectos.
- ¿Cómo fue el proceso de grabación de este primer álbum?
- Bastante especial, porque partí haciendo los temas de forma electrónica, sólo con el computador. Luego, desde 2005 a 2011, estuve abocado al teatro, pero en 2012 volví a Chile a formar la banda. Al comienzo tenía una formación más rockera, nuestras primeras presentaciones fueron en un formato más crudo, de power trío, medio "Pescado Rabioso" de Spinetta. Al empezar a grabar el disco faltaban ciertas atmósferas que se habían logrado con las maquetas electrónicas, así que al momento de grabar mezclamos un poco eso en estudios caseros hasta llegar a pulir en tres diferentes estudios: los de El Puente, Santuario Sónico y Triana, para terminar con la masterización del ingeniero en sonido y productor Gonzalo González, que nos dejó más que felices.
- ¿Dónde se nota lo folk, lo rock y lo pop de Seidú?
- Es súper complicado explicarlo. Algunos usan la referencia de Los Jaivas o Café Tacvba para definirnos. Nosotros reconocemos afinidades con otras bandas chilenas como Kuervos del Sur, pero también buscamos el sentido del humor, algo parecido a lo de Florcita Motuda en el sentido de poder quebrar el momento con letras sorprendentes y cambios musicales.