Secciones

A controlar "los vicios y la lengua" como penitencia de Cuaresma, pidió Caro

E-mail Compartir

Mirta Vega

Un fervoroso llamado a la oración, a la penitencia y a la caridad, hizo ayer el arzobispo de Puerto Montt, monseñor Cristián Caro, en la misa de Miércoles de Cenizas, ceremonia que da inicio al tiempo de Cuaresma.

Este período es el proceso de preparación de la Muerte y Resurrección de Jesús, en el que se desarrollan variadas actividades, especialmente en la Semana Santa que este año se revivirá entre el 14 al 20 de abril.

La actividad religiosa fue celebrada en la Iglesia Catedral, y fue presidida por el arzobispo Cristián Caro, y concelebrada por el vicario general adjunto de la Arquidiócesis, Leandro Serna, quienes impusieron la ceniza a los asistentes.

En toda la prédica, monseñor Caro se refirió al mensaje del Papa Francisco, quien resalta el texto de San Pablo en el que revela que Cristo "se hizo pequeño, débil y pobre por nosotros. Siendo rico se hizo pobre por nosotros; siendo hombre, se hizo pequeño por nosotros", apuntó en la síntesis del mensaje.

Lo destacable para monseñor es el recuerdo de Cristo humillado, "que siguió con amor entregado hasta el final y lo entregó todo por nosotros", recalcó para explicar el sentido del Cuaresma.

Para la Iglesia, la Cuaresma es caminar con Cristo, "despojándonos un poco del orgullo, la ingratitud, ir bajando ese Yo un poco grande, transformando el egoísmo en amor al prójimo, en amistad con Dios".

El Cuaresma se orienta a los católicos hacia el sábado pascual, en que se renovarán las promesas del bautismo y se podrá participar limpios de pecados, habiéndose confesado, de la Eucaristía.

La Cuaresma es un camino de 40 días en que como Iglesia se ponen en camino para renovarse espiritualmente, caminar más cerca y unido con Cristo y con la Iglesia.

Dijo monseñor Caro que en este tiempo proponen tres actitudes: mayor oración, mayor penitencia y mayor caridad.

Pidió que cada familia busque un momento del día para rezar, para escuchar a Dios (leyendo la palabra Dios nos habla, escuchando al prójimo).

En la penitencia sugirió el dominio de nosotros mismos, controlar nuestras tendencias desordenadas: "Por ejemplo, hay gente que tiene tendencia a hablar con palabras groseras u ofensivas. La penitencia será controlar la lengua, pero también hay que controlar el apetito, el fumar, el carácter..."

También, la Iglesia pide algunas penitencias. La primera fue la de ayer (abstinencia alimenticia) y también en Viernes Santo en que se pide abstenerse de alguna comida, la carne, el vino, cigarrillo, los vueltos de los supermercados, que se pueden entregar como una ofrenda a Dios.

Monseñor Caro recordó que el Papa Francisco dice que hay que despojarse de algo que duela, desprenderse de un gusto real para transformarlo en ayuda a los necesitados. "Si no nos duele no es verdadera penitencia", dijo el Papa en su mensaje, contado por monseñor Caro.

Por último, el texto habla de la Caridad. Para ello hay que realizar obras de misericordia con el prójimo, visitas a enfermos, visitar familias de duelo, alguien desanimado, obras de misericordia corporal y espiritual y "no por nosotros sino por agradar a Dios", sostuvo entre otras sugerencias que se pueden realizar esta vez.

Con los ahorros que la gente puede hacer en este tiempo, como por ejemplo ahorrando al almorzar, ese dinero puede llevarlo a quienes lo necesiten o entregar el dinero en las alcancías que juntarán ayuda durante toda la Cuaresma.

Este fondo de la Cuaresma de la Fraternidad se envía a la Conferencia Episcopal de Chile, para proyectos en favor de la niñez desvalida.

Las instituciones postulan a las 21 diócesis que hay en el país.

Monseñor Caro invita a la gente a conocer e involucrarse con la Cuaresma, para renovarse y vivir un nuevo camino con Cristo.