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Mochileros cuentan sus peripecias en el sur

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Macarena Gallegos Saravia

Arrancando del calor, de la rutina y buscando naturaleza llegan miles de mochileros a la Región de Los Lagos en dirección, principalmente, a Chiloé. En su mayoría son jóvenes universitarios en pareja o con grupo de amigos que planifican el viaje y el presupuesto, este último se reúne en algunos casos trabajando en enero para salir en febrero.

Felipe Flores, de San Felipe VI región, trabajó el primer mes de vacaciones y salió con su polola Thalia Caricedo, a dedo, con destino Chaitén lugar al que aún no han llegado. "En Chiloé me enfermé por eso desistimos. Allí lo que más nos gustó fue Castro. Ahora estaremos en Puerto Varas y volveremos a Chiloé, ahí intentaremos de nuevo ir a Chaitén", explica Thalia.

Los contratiempos generan conflictos entre los participantes del viaje, situaciones en donde se pone a prueba la capacidad de resolver problemas, tolerancia y solidaridad. "Soy más relajado, pero ella (Thalia) se estresa y se preocupa cuando no encontramos alojamiento y es muy tarde", dice Felipe. La situación es reconocida por su polola quien agrega que también le ha incomodado no poder ducharse tanto como quisiera y que dormir en el suelo le ha cansado.

El tema de los conflictos también es al digno de análisis para Italo, Ignacio y Matías, quienes salieron de Santiago el 2 de febrero, ellos en un principio eran 6 pero extrañamente quedaron sólo tres. "Uno se fue por trabajo y los otros dos se fueron con él", dice Italo.

Estos amigos, también universitarios, tenían como destino Chiloé y como les gustó tanto finalmente se quedaron allí. Ayer salieron de Puerto Montt en bus de regreso a Santiago.

Los principales problemas fueron en torno a la comida. Eso a pesar que delegaron tareas. "Italo estudia gastronomía así que él cocinaba, yo -Ignacio- que estudió periodismo estaba a cargo de los contactos y de informarme de los lugares, teníamos ingenieros que se preocupaban de las lucas y un sicólogo para los problemas".

"Cuando tienes hambre y estás cansado te afecta el ánimo. Hay que entender que si estás mochileando no vas a tener comodidades", asegura Ignacio.

Preparados también para acampar llegaron ayer Paola, Tamara, Carlos y Cristian, desde Talca y Curicó. Algunos de ellos trabajaron en enero, ya que también son universitarios. Antes debieron reorganizar a los integrantes, ya que algunos se "bajaron", pero el viaje se hizo igual.

Reservaron pasajes en avión, 58 mil ida y vuelta desde Concepción a Puerto Montt, "con anticipación nos salió más barato, recorreremos en Puerto Varas y Frutillar para luego ir a Chiloé", cuenta Paola.

El principal objetivo de estos amigos es arrancar del calor y estar en la naturaleza, por eso llegaron preparados para la lluvia con parcas y zapatos. La idea, señala Tamara, es dormir lo más posible en carpa. "En Puerto Montt dormimos en un hospedaje que nos cobró 8 mil cada uno y era muy sucio", recuerdan.

Entre 2 y 3 mil pesos por persona y en camping pagaron Joseph, Ignacio y Gregorio, también universitarios y santiaguinos. Ellos buscaban estar en los sectores más naturales posible, por eso se dedicaron a visitar reservas y parques nacionales. "No vinimos a carretear, buscamos estar lo más alejados de gente, no por antisociales, sólo queríamos estar tranquilos y disfrutar", asegura Joseph.

Luego de conocer lugares como Laguna Triángulo en el Parque Nacional Alerce Andino y en Hornopirén, donde Joseph destacó la sencillez de su gente, estos tres amigos ayer regresaban en bus a Santiago, así como la gran cantidad de mochileros que está regresando de Chiloé.

"La primera noche dormimos en un aserradero, el lugar para nosotros era 5 estrellas, lo pasamos muy bien , el dueño nos dejó dormir ahí y nos dio comida, la gente del sur es muy hospitalaria en todas partes nos recibieron bien"

Ignacio Pino

Universitario en Santiago