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Opciones de arriendo para iniciar la vida universitaria

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Macarena Gallegos Saravia

Hospedaje, pensión y comodidad de departamentos, son algunas de las alternativas que ofrece Puerto Montt para los miles de estudiantes que en algunas semanas llegarán para continuar o iniciar la vida universitaria.

Sectores aledaños a la Universidad de Los Lagos, San Sebastián, AIEP o Inacap, además del centro de la ciudad, son los que cuentan con casas habilitadas para alojamiento de estudiantes. La mayoría de ellas arriendan piezas al interior y en otros casos han construido dependencias en la parte posterior de las mismas propiedades.

En la población Pichi Pelluco, ubicada a los pies de la Universidad San Sebastián, muchos vecinos han visto en el rubro una buena oportunidad de negocio y han invertido en construir piezas y departamentos interiores.

Nora Gómez hace dos años quedó sin trabajo. Debido a ello comenzó a trabajar con estudiantes arrendando una cabaña que construyó en la parte posterior de su misma casa. El espacio consta de tres habitaciones que comparten baño, internet y entrada independiente, lo que no incluye las comidas; los servicios de gas y luz son aparte y tiene un valor de 250 mil pesos.

Nora explica que también tiene algunas reglas, ya que generalmente se tiene problemas. "A las niñas que estaban el año pasado las tuve que echar porque hacían carrete, pero en general he tenido buena suerte y de todas formas prefiero recibir mujeres".

Los estudiantes que llegan a Puerto Montt provienen de alejadas ciudades. En el caso de Nora, actualmente hospeda a una joven de Iquique, pero según otras personas del mismo rubro llegan muchos jóvenes de Chiloé, Osorno y Concepción.

En la población Esmeralda también hay servicios para estudiantes. Allí, Berta Carrasco asegura que ella prefiere trabajar con varones, ya que ha tenido buena experiencia y son más cariñosos. "Me han tocado buenos chicos. El año pasado se fueron los que se titularon y los echo de menos, conocí hasta a sus papás", reveló.

La casa cuenta con dos entradas, una en el acceso principal y otra en la parte posterior, que es el acceso a cuatro habitaciones con baño compartido. Cada pieza cuesta 100 mil pesos y 180 en caso de solicitar también las comidas. Además, se debe dejar pagado, al menos la mitad, por adelantado para reservar.

También en la Población Esmeralda, Sandra ofrece pensión completa. Ella en su casa tiene nueve habitaciones, recibe a hombres y mujeres, pero aquí la regla es no pololear y no carretear. El valor de una pieza con las respectivas comidas es de 180 mil y 170 mil pesos, si la habitación es compartida. Sandra explica que a fines de año la gente ya comienza a buscar pensión para así dejar reservado para marzo; es por ello que tiene poca disponibilidad.

Arrendar una pieza es una opción más económica para estudiantes, en la misma Población Esmeralda hay habitaciones por un valor que bordea los 60 mil pesos, esto con derecho a cocina pero no a las comidas.

En Pichi Pelluco, el condominio Brisas del Mar tiene departamentos de 2 y 3 dormitorios, cuyos propietarios prefieren no arrendarlos a estudiantes por la mala experiencia que han tenido de los carretes. Actualmente, muchos de ellos están arrendados para turistas y sus dueños no se encuentran. El conserje asegura que a pesar de que se sugiere no aceptar universitarios, igualmente existe la posibilidad. Los valores son de 220 mil pesos los departamentos de 3 dormitorios y 180 mil con dos, los gastos comunes bordean los 25 mil pesos y los servicios de luz, agua y gas se cancelan aparte.

En el condominio Tierra del Fuego de la Población Esmeralda, se arriendan departamentos a estudiantes con el respaldo financiero de un apoderado. Un departamento de un dormitorio, baño, cocina americana y totalmente amoblado cuesta 300 mil pesos, más gastos comunes que bordean los 50 mil, más luz, agua y gas. Vía Internet, es posible cotizar algunos valores.

En la Población Antihual ofrecen pensión por un valor promedio de 145 mil pesos. La principal característica que ofrecen es el ambiente familiar, además de tres comidas diarias, servicio para lavar ropa, internet y baño compartido; todo ello al interior de la misma casa. Los precios, las condiciones y las reglas varían de un sector de la ciudad a otro, pero todo apunta a que el carrete no es bienvenido en ninguna parte.

Los estudiantes, sobretodo aquellos que ingresan a primer año de la universidad, se cambian de ciudad y están solos, sin la vigilancia de los padres, pueden ser atraídos fácilmente hacia el carrete. En los casos en que es necesaria aún mayor independencia al salir de sus hogares, la mejor opción parece ser arrendar un departamento con amigos aunque no siempre es lo más barato y no asegura la ausencia de conflictos.

"A las niñas que estaban el año pasado tuve que echarlas porque hacían muchos carretes, pero en general he tenido buena suerte y de todas formas prefiero recibir mujeres".

Nora Gómez.

Ofrece pensión a estudiantes.