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Nuevo movimiento hizo el Arzobispo Crisitián Caro en clero arquidiocesano

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Mirta Vega

Una serie de cambios en la Arquidiócesis de Puerto Montt, dispuso el Arzobispo Cristián Caro, los que se harán efectivo a contar de marzo.

La decisión fue comunicada el fin de semana a todos los sacerdotes, diáconos, religiosas y fieles en general.

Es así que llega un nuevo párroco a Puerto Montt. Se trata de quien fuera director de la obra salesiana en Macul, Santiago; Padre Juan Carlos Zura Albornoz, quien asumirá como nuevo párroco de la Parroquia Cristo Salvador de la Población Padre José Fernández Pérez. En tanto, el sacerdote que ocupaba ese cargo, Antonio Larraín Pérez- Cotapos, continuará como vicario parroquial.

Otro cambio se producirá en la Parroquia San Pedro, sector Angelmó, donde el presbítero Marcelo González Cárcamo, que estuvo 12 años al frente de la parroquia, se traslada a la cuasi Parroquia Nuestra Señora de Los Milagros, del sector Juan XXIII y Bosque Mar (Avenida Los Notros). En este templo seguirá el diácono Jaime Díaz Vivar.

La cuasiparroquia corresponde a una comunidad en formación y que está en camino de convertirse en una parroquia. En reemplazo del Padre Marcelo González, asume el presbítero Héctor Fabián Soto Soto, quien había sido vicario parroquial en la misma comunidad, cargo que cumplirá el presbítero Cristián Bahamonde Alvarado, hasta ahora vicario parroquial de las parroquias de San Pedro de Los Muermos y Santo Toribio de Las Quemas.

En la Parroquia Santo Toribio de Las Quemas, asumió como administrador parroquial el presbítero Marcelo González Cárcamo, a la salida del presbítero Mario Navarro Andrade.

El Presbítero Guido Márquez Maldonado, hasta ahora administrador parroquial de San Alberto Hurtado, asumirá como párroco. Continúa adscrito el diácono Marco Pérez.

Además de estos cambios, se nombraron algunos encargados de comisiones arquidiocesanas. En Liturgia, se nombró al presbítero Marcelo González Cárcamo; Ecumenismo, presbítero Nelson Pérez Andrade; Migraciones y Turismo, presbítero Leopoldo Olivares Valdebenito; Pastoral de Salud, diácono Luis Enrique Ojeda Vidal y Patricia Mansilla Ojeda.

Monseñor Cristián Caro agradeció a todos los sacerdotes y diáconos por su entrega pastoral y su disponibilidad para asumir las nuevas tareas y llamó a las comunidades respectivas a entregar su colaboración a los religiosos nombrados en sus nuevos cargos.

En relación a estos cambios, una de las comunidades favorecidas es la de la Población José Fernández Pérez (ex Techo Para Todos), con la incorporación de un nuevo sacerdote. El Padre Antonio contó que él estuvo a cargo de la comunidad parroquial durante 3 años atendiendo una población numerosa y extensa.

"Era necesario un aumento de la dotación en Puerto Montt, porque la obra salesiana es muy extensa. He visto en la comunidad un trabajo muy interesante. He visto un pueblo muy rico en religiosidad popular, muy rico en la fe. Aquí viene mucha gente", dijo el Padre Larraín. La comunidad salesiana tiene hasta este momento cuatro sacerdotes y un seminarista, por lo que con la llegada del Presbítero Zura, suben a 5 y un seminarista que atenderán la Iglesia Cristo Salvador, de la Población José Fernández Pérez; San Alberto, de calle Crucero; San Sebastián de Mirasol y Laura Vicuña de Villa Olímpica.

El párroco tendrá siempre al Padre Antonio como ayudante en la administración del Colegio Salesiano, que tiene una población escolar de pre-básica, básica y media de 2.700 alumnos, un liceo de educación Dual, científico humanista, pero fundamentalmente tecnico profesional.

El domingo se inició la Novena de la Virgen de Lourdes en el sector capilla de Tenglo, donde ya comenzó también la coordinación para la recepción de guirnaldas de flores.

La fiesta de la Virgen de Lourdes es tan antigua en Tenglo como la población isleña, pero retomó importancia desde que se levantara el santuario a un costado de la capilla que lleva su nombre, que fue inaugurado por el nuncio en Chile en esos años Piero Biggio y el Arzobispo Emérito de Puerto Montt, Bernardo Cazzaro.

Este santuario fue costeado por los propios pobladores y con la especial participación de la familia Pacheco, viviéndose desde hace 15 años aproximadamente una de las fiestas de mayor arraigo popular.

Y junto con las misas y procesión, no faltan los pobladores que preparan platos típicos para recibir a los visitantes que llegan desde Puerto Montt en lanchas que hacen el balseo en Tenglo.

Los ambulantes además, no pierden la oportunidad de hacer negocios en torno a la religiosidad.

Ante todas las añadiduras que está alcanzando esta solemnidad, se está haciendo tradicional que el turismo tenga cada 11 de febrero en su agenda cultural, la celebración del turismo religioso que mezcla la naturaleza y el recogimiento.

Entre los hitos importantes que ha adquirido el sector, están los tejidos de guirnaldas de hortensias con las que familias enteras veneran a la Virgen María. Estas guirnaldas cruzan las naves de la capilla, al igual que adornan todos los arcos por donde pasan lo fieles con la imagen en andas.

Esta devoción tiene en el mundo 156 años desde que apareciera en el pequeño poblado de Francia, Lourdes.