Perdió la vista hace dos años y hoy da charlas motivacionales para personas con discapacidad
Martina De La Fuente Rivas
"Estoy más contento que cuando tenía vista ,y es una frase que se me vino a la mente y se las digo a todos. Yo el 2012 quedé no vidente, pero de ese momento para atrás yo era ciego, porque no veía lo que tenía al lado, y ese cambio es mi mayor satisfacción".
Con estas palabras, Marcelo Torres da cuenta de una historia de resiliencia y como tras recibir el diagnóstico de una dura enfermedad, hoy ha vuelto a nacer y quiere contar su testimonio para ayudar a otros que hoy no están bien.
El 2012 fue un año que quedará grabado para siempre en la memoria de Marcelo. Ese año y producto de glaucoma, perdió la visión por completo. "Me operaron de cataratas del ojo izquierdo, el derecho ya lo había perdido porque las famosas interconsultas nunca llegaron. Tenían que hacerme un tratamiento al mes siguiente sobre los glaucomas diabéticos y no me lo hicieron y en julio empecé a ver blanco", revela.
Sin poder desempeñarse como mecánico de motores fuera de borda y sin explicaciones de porqué ya nunca más vería, el hombre pasó por una crisis bien grande, que hoy ve como un aprendizaje.
"Un día dije no saco nada con quedarme en la casa, llorando porque nadie me va a solucionar el problema y tengo que seguir subsistiendo. Conversé con Dios y le dije que me acompañara a trabajar. Al otro día me fui a trabajar y desde ahí no he parado", relata.
Desde hace un tiempo, Marcelo trabaja en la Naviera Frasal, donde al principio necesitaba de un ayudante, pero hoy ya se desempeña solo. "Armo motores completos, hay cosas que ni yo mismo puedo explicar como las hago, pero las hago, es como si tuviera vista", cuenta el hombre.
Aunque es puertovarino, Marcelo lleva 4 años viviendo en Llanquihue, desde donde viaja todos los días para llegar a su trabajo en el sector de Chinquihue.
Hoy Marcelo da charlas motivacionales a otras personas que -como él- sufren de alguna discapacidad. Con orgullo, señala que ha logrado sacar sonrisas. Además, lo han llamado de algunas empresas para que dé su testimonio en público.
"Manteniéndose ocupado y haciendo las cosas que uno ha hecho toda su vida laboral, obviamente que te motiva a seguir; por eso quiero dar a conocer a todos los vientos que uno cuando se propone las cosas lo logra, pero primero uno tiene que quererse y no dar lástima a los demás", cree este padre de un joven de 22 años, que también ha influido en este proceso para salir adelante y dejar atrás la depresión en que estuvo sumido durante mucho tiempo y sonreírle de nuevo a la vida.