Romina Fierro Sánchez

Los habitantes del campamento Las Camelias de Puerto Montt, realizaron una manifestación afuera de las oficinas de Servicio de Vivienda y Urbanización (Serviu). Esto, por el despido de Paola Casanella, la asistente social que ha trabajado con ellos hace casi dos años y quien según ellos a sido una de las precursoras para levantar el ex campamento.

La trabajadora social habría terminado su contrato con la institución el 31 de diciembre del año pasado; sin embargo, desde el Serviu habrían decidido extender el vínculo por un mes más, hasta el 31 de enero, plazo que no se cumplió y la funcionaria supuestamente fue notificada de su despido recién este lunes.

Nancy Bauerle, presidenta del comité del ex campamento Las Camelias, en representación de sus vecinos, afirma que ellos no descansarán hasta que Casanella vuelva a trabajar con ellos. "Queremos que ella siga con nosotros, porque ella sabe todos nuestros problemas y es injusto que se vaya y entre otra persona que no sabe el trabajo que ella ha hecho por nuestras familias", argumentan.

Según las palabras de algunos vecinos, desde el Serviu se les habría señalado que los motivos del despido de la asistente social se deben a una mala relación laboral con sus colegas y por ocultar información. Además, se le estaría acusando del robo de un notebook.

Desde el Serviu, señalaron que su despido se debió a que su labor con el campamento está casi finalizada. Respecto a la relación que Casanella mantenía con sus compañeros, Carmen Godoy, subdirectora regional, comenta que son comentarios de pasillo, pero que la realidad no es esa. "Ella manejaba mucha información sola y acá lo que se necesita es trabajar en equipo. Las dirigentas están molestas, porque le buscan la quinta pata al gato. Simplemente se prescindió de sus servicios porque no hay recursos", subraya.

Paola Casanella dice que nunca tuvo mala relación con sus compañeras y afirma que el problema sería con su jefe Daniel Haasa, a quien acusa de cerrarle las puertas de trabajo en otras instituciones. "Lo único que quiero es que se limpie mi nombre", anota finalmente la trabajadora social, que dice que en menos de una semana decidieron despedirla en dos fechas.