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Diciembre: tiempo de buena voluntad

Oportunidad de preparación para recibir al humilde Niño de Belén, practicando la solidaridad con las cruzadas navideñas.
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Avanzando ya en diciembre, comenzamos a experimentar las hermosas y conmovedoras sensaciones de este mágico mes del amor, la amistad, el entendimiento y la buena voluntad. Doquiera uno va, está latente el ambiente afectuoso, de buena disposición y amables sonrisas.

Es el tiempo del año en que la bondad y el espíritu solidario parecen inundarlo todo, impregnando los corazones de una actitud generosa inusitada e incontenible. Y que a menudo se ve reflejada en una caritativa respuesta a las cruzadas pro regalos para los niños desamparados, que cada año realizan por estos días en Correos de Chile y en el árbol navideño del mall Paseo del Mar. Iniciativas para las cuales se apela al siempre noble y humanitario espíritu de los puertomontinos, que nunca defraudan el sueño y la esperanza infantil.

¡Qué mejor manera de esperar el recuerdo del nacimiento del Niño Dios, para la Nochebuena del 24 de este mes, que ejerciendo la solidaridad con estas cruzadas de amor a los niños desvalidos!

Es que el humilde pesebre de Belén, con Jesús recién nacido, junto con dar la más grande lección de modestia, también ofrecía el mayor ejemplo de amor a la humanidad con Dios haciéndose creatura humana para dar su vida por salvarla. Como así ocurrió, al abrir las puertas de la vida eterna para todos con su sublime sacrificio.

Conviene que a esta Navidad, desde estos mismos días previos en que, -no podemos ignorarlo-, todo se hace pensando en esta fiesta fraterna de la cristiandad, privilegiemos la moderación y la sobriedad al momento de cumplir con la tradición de los obsequios. Qué no falten. Pero, pueden ser sencillos y originales, estando su mayor valor impreso en el gesto de recordar al ser amado, ya sea niño o mayor, para decirle de esa forma ¡te quiero! en el día más importante del año.

Qué este mes bendito de diciembre sirva para ir construyendo una plataforma muy sólida de buenas relaciones entre los chilenos. De entendimiento, respeto, tolerancia y mutua ayuda, para asegurar un porvenir más feliz. Comencemos por prepararnos a recibir al Niño de Belén, siendo generosos y solidarios desde ahora mismo.

Los esquizofrénicos del delito

"Que los regalos no falten. Pero, pueden ser sencillos y originales, estando su mayor valor impreso en el gesto de recordar al ser amado y con el cual le está diciendo ¡te quiero! ""Posibles orígenes de la delincuencia juvenil son atribuibles a fallas psicosomáticas..."
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Posibles orígenes de la delincuencia juvenil son atribuibles a problemas de tipo sicosomático como la esquizofrenia, trastornos de la conducta o estrés postraumático.

Esquizofrénicos son las personas que sufren una serie de trastornos mentales crónicos y graves, caracterizados por alteraciones en la percepción o la expresión de la realidad .

Una persona con esquizofrenia muestra un lenguaje y pensamiento desorganizado y sufre de delirios, alucinaciones, trastornos afectivos y conductas inapropiadas y el comportamiento que manifiestan es la manera que tienen para actuar frente a la sociedad y el entorno en que se desenvuelven.

Los delincuentes estudian detenidamente el medio en que van a actuar y sus características ambientales, conocen a sus posibles víctimas y conocen la rutina diaria y su ágil estado físico les permite saltar altas murallas o trepar edificios si es necesario.

Lo que hasta hace poco era un acto inconcebible, perdiendo el miedo a ser sorprendidos y dispuestos a matar, si fuese necesario ya que tienen plena conciencia que la ley los protege, por ser menores de edad.

Lo que ha causado mucha sorpresa es que en estas pandillas participan niños, quienes además son conocedores de asuntos penales que les favorecen y están conscientes de sus actos y en consecuencia asimilan y efectúan dichas operaciones con el máximo de frialdad.

Los estudios revelan que la mayoría de los delincuentes que roban o asaltan lo hacen por la necesidad de obtener recursos económicos, para adquirir drogas de la cual muchos de ellos son adictos, atenuante suficiente para justificar sus actitudes a cuyos tribunales asisten muy bien asesorados.

Los que están involucrados en la delincuencia son personas que saben que esta norma de vida les va a ocasionar mejores dividendos, que realizar un trabajo formal y otros lo hacen como parte de sus vidas, generalmente por conductas heredadas de padres delincuentes.

Los traficantes de drogas se lucran con los jóvenes que buscan en los alucinógenos la solución a sus problemas de adicción y ellos son sus mejores clientes en esta cadena de corrupción social.