"PSU y brecha educacional"
A sólo un día de que miles de jóvenes rindan la PSU, los resultados que arrojará la medición probablemente ratificarán, una vez más, la brecha que existe entre los establecimientos municipales y privados o dicho de una forma más cruda: la brecha que existe entre los estudiantes más vulnerables y los de mayores recursos.
Cabe preguntarse si los resultados de esta medición pasan únicamente por el nivel socioeconómico del cual procede el postulante. Y la respuesta es no, o al menos no del todo. Porque quienes hemos tenido la posibilidad de insertarnos en contextos educativos vulnerables sabemos que es posible cambiar, en base a una gran perseverancia, convicción y trabajo, las reglas del juego para miles de talentos que anhelan surgir.
Ello implica, desde el rol de profesor, liderar y hacerse cargo del proceso formativo al interior de la sala de clases, el cual debe sustentarse en una planeación orientada a metas bien definidas donde el alumno sea el protagonista y gestor de su proceso formativo, impactando a su vez en sus compañeros quienes poco a poco se van dando de que es posible, a través de la educación, optar a una mejor calidad de vida.
Independiente de los resultados en la PSU, lo cierto es que la lucha por disminuir la brecha y lograr una educación de calidad no comienza ni termina aquí, sino que, como bien dice la decana de la Harvard Graduate School of Education, Kathleen McCartney: "la verdadera brecha que hay que cerrar en educación es entre lo que sabemos y lo que hacemos".