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Madre y su hijo mueren quemados en un incendio de la Pob. Padre Hurtado

TRAGEDIA. Estaban solos, porque el jefe de hogar estaba en Rancagua por trabajo. Gracias al grito de vecinos, la familia de la casa pareada se salvó.
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Este viernes en la mañana se vivía un panorama desolador en el pasaje Nelson Aguilar de la población Padre Hurtado. Mientras uno caminaba por la calle, muchos vecinos y familiares se acercaron a la casa siniestrada. Con las manos se cubrían sus rostros pálidos y movían la cabeza. No lo podían creer. Entre lágrimas y con la voz temblorosa, recuerdan la noche del incendio que le arrebató la vida a una madre y su hijo de sólo 12 años.

Se trata de Juana Aidé Velásquez Vargas, de 48 años, y su pequeño Camilo Fernando Saldivia Velásquez, el menor de tres hijos. Ambos quedaron atrapados entre las llamas y no pudieron salir. El fuego se propagó rápidamente, consumiendo el inmueble N°1.641 y afectó gran parte de la casa pareada asignada con el N°1.631.

El dueño de casa no se encontraba a esa hora, sino que en Rancagua por trabajo. Al saber de la triste noticia, viajó de inmediato a Puerto Montt.

UN DESPERTAR AMARGO

Ximena Ojeda conocía hace 27 años a Juana. Fue la primera vecina que se dio cuenta del siniestro, gracias al aviso de su hija cerca de las dos de la madrugada. Salió de su casa desesperada y empezó a gritar.

"Fuimos los primeros que nos dimos cuenta. Mi hija vio una luz roja y se levantó a ver, percatándose que la casa se estaba quemando. Salí a llamar a los vecinos para que llamen a Bomberos. Yo estaba preocupada del niñito y gritaba Camilo, Camilo, para que me escuche. Ellos estaban durmiendo y el fuego avanzó muy rápido. La familia del lado salió, porque nosotros gritamos.", relata.

El temor de los pobladores es que las llamas afectaran las otras viviendas aledañas, pero gracias a la oportuna acción de Bomberos, logró evitarse.

El capitán Freddy Huenul, del Laboratorio de Criminalística de Carabineros (Labocar), dijo que "se realizó el examen externo del cadáver de ambos cuerpos, los cuales estaban en estado de desecación por el fuego. Por ello, se identificó a la mujer a través de huellas dactilares, mientras el menor deberá ser identificado por el Servicio Médico Legal, pues el daño que presentó afectó los pulpejos de los dedos de las manos por el estado de carbonización que presentaba, siendo necesario un análisis de ADN".

LA FAMILIA QUE SE SALVÓ

Pilar, quien es la cuñada de la mujer fallecida y dueña de la casa pareada que también resultó dañada, dice que esa noche estaba junto a su esposo, sus dos hijos y dos nietos.

"Nos despertamos, porque los vecinos nos golpeaban la lata de la pared. Nosotros no escuchábamos nada de primera. Así que atiné altiro, me vestí y levanté a mi hijo y esposo. Después me fui a la pieza de mi nieta que dormía junto a sus dos primitos. Salimos altiro para afuera. Cuando miré la casa de al lado de mi cuñada le salía el fuego hasta por debajo de la puerta", recuerda con tristeza.

De acuerdo a la versión de los vecinos, creen que el incendio se originó debido al recalentamiento de la combustión a leña o por problemas eléctricos. "Como ardió la casa, tendría que haber ardido mi vivienda completa, porque era una llama tan grande. Sujeté a mi marido, porque trató de ingresar a la casa de su hermana como cinco veces con la desesperación. Pero no pudimos sacarlos, porque eso era un infierno", se lamenta Pilar.

Jorge Catripil, otro pariente, le cuesta asimilar lo ocurrido. "Al interior de la casa quemada estaba la tía y sobrino de mi señora. Ella está muy afectada. Cuando llegamos estaba todo consumido. Fue impactante".

UN PASADO DOLOROSO

La vida ya le había jugado una mala pasada años atrás a Juana Velásquez. De sus tres hijos, entre ellos el menor que murió quemado junto a ella, hace como cuatro años fue asesinado por error otro hijo de 20 años. Lo peor de todo -recuerdan los vecinos y familiares- es que se equivocaron, porque buscaban a otra persona que se parecía a él. "Nunca se pudo recuperar de la muerte de su hijo, siempre lloraba", dice un pariente. Mientras que su otro descendiente se encuentra preso. Se presume, por robo. Este hecho también la invadía de angustia y le costaba sobreponerse. Las desgracias continuaron. Hace una semana había asistido al funeral de su hermana, lo que también la tenía afectada emocionalmente.