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Karen Connolly: "La danza aporta beneficios para toda la vida"

Evaluación. Estuvo en Puerto Montt observando bailarinas y defendió virtudes físicas y psicológicas de esta disciplina.
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"Más que el aprendizaje de algunos pasos, la danza entrega disciplina, ordena en la mente de los niños. Qué va primero, segundo… Como debería partir en cualquier cosa de la vida", dice vehemente la maestra de esta disciplina y coreógrafa, Karen Connolly.

Australiana de nacimiento, Connolly se lució en varias compañías en el mundo luego de decidir, a los 5 años, que quería ser bailarina. En 1978 llegó a Chile para un programa de televisión y nunca más se fue.

Desde entonces ha sido un referente de esta disciplina en Chile donde se le recuerda además por su participación como jurado en innumerables programas de baile en la televisión chilena.

Pero año tras año, casi como en una manda, Connolly viene a Puerto Montt a tomar exámenes a las alumnas de la Escuela de Ballet de Cristina Ortega.

"Compartimos un método de trabajo, que consiste en que las niñas trabajan por niveles, con una planificación y objetivos acorde a la edad, su madurez. Las evaluamos una vez al año y si pasan el examen avanzan de grado, al siguiente nivel", explica Connolly.

Cuenta que a veces la gente no lo entiende bien, "¿porqué no pueden ir las niñas de 12 con la de 5?. ¡Noooo…. ¡ No va a aprender ni la de 12 ni la de 5. Es de acuerdo a la edad. Ese es lo bueno de grados por edad", recalca.

Agrega que la ventaja de este método es que siempre hay un aprendizaje, a diferencia de lo que podría recibir una niña en un taller de danza, que puede durar 3 meses, pero nada más, porque lo demás es repetir lo mismo por largo tiempo.

"Aquí no repites contenidos, es nueva materia, se trabaja otras cosas. Ni la música, ni los pasos, nada es lo mismo. Las niñas van avanzando. Y yo vengo a evaluar porque tengo una visión de afuera. No trabajo con las niñas todo el año. Vengo de afuera y miro con mirada fresca, nueva, lo que ella de tan cerca no va a ver. Yo hago lo mismo en mi escuela, traigo examinadores de afuera, porque tiene que evaluar alguien que no esté tan cercana".

Asegura la maestra que la danza como disciplina ayuda a las niñas a ordenar sus cabezas a través del movimiento físico, "pero esa disciplina es aplicable a cualquier cosa. Aporta al rendimiento escolar. Los estudiantes que practican danza son buenos alumnos, se programan mejor para estudiar".

Y destaca los beneficios físicos, como ayudar a corregir pie plano, lordosis, escoliosis o simplemente mejorar la postura y fortalecer los músculos de la espalda, tan dañada por "la famosa mochila, que pesa una enormidad".

Respecto de la edad más recomendable para los primeros pasos, dice la maestra Connolly que hay una edad sugerida de 4 años 4 meses, "aunque aceptamos con 3 años y medio, pero muuuuy en el plan de aprender a través del juego. Nada más".

Connolly dice que lamenta que los prejuicios en Chile, "y en todo el mundo es lo mismo, salvo en países como Rusia o China, donde los bailarines tienen otro estatus", advierte, que los niños se pierdan todas las ventajas de esta disciplina.

Y hace referencia a un estudio de investigadores que hace algunos años relacionaron a la danza con la menor prevalencia de desviaciones a la columna en niñas que en niños de la misma edad.

"Se dieron cuenta que el 80% de las niñas hacía danza y su musculatura estaba firme, sujetaba bien la columna. Pero los niños no. Ellos hacían fútbol (…) y la columna no tenía ni una ayuda. Y uno ve que por prejuicio no van los niños a danza, van las puras niñas y luego tenemos puros hombres con problemas de columna. Claro que resolver estos prejuicios "aquí es re difícil, están toooodos los prejuicios", enfatiza.

"Ahora, la danza no es para todos los niños. Hay otras artes, si le gusta pintar solo, sin nadie transpirando al lado, o meterse en el instrumento… La danza no puede ser obligatoria, pero todo el mundo que quiere debe hacer danza".

Por estos días la famosa maestra está enfocada en otro proyecto, uno que vio la luz hace poco menos de un año, "que era el paso lógico, porque formamos excelentes bailarines, intérpretes… que están bailando en Estados Unidos, en Europa, en el Bafona, pero sin título. Y a pesar de que es un trabajo tremendo, abrimos un Instituto Profesional dedicado a la danza, porque queremos tener el reconocimiento del Ministerio de Educación para nuestros alumnos".