Energía marítima que está a la espera
Acá en el sur, las energías no convencionales que ameritan un decisivo impulso son la mareomotriz y la eólica.
El desarrollo de las energías no convencionales, que tienen sus fuentes naturales como el sol, el viento, la geotermia, el mar, es un tema de la mayor trascendencia en nuestro país, para no ser dependientes de manera tan rotunda como hasta ahora y así evitar la posibilidad de futuras crisis en un ámbito tan vital como éste.
De esta situación hay plena conciencia nacional e incluso hubo la determinación de impulsar un ambicioso plan de desarrollo de energías renovables no convencionales, con la finalidad de duplicar las fuentes energéticas en el transcurso de estos lustros, considerando las técnicas en materia de energía solar, eólica, geotérmica y aquella que se deriva del océano. No obstante, siendo de alta cuantía solventar los costos de estos proyectos, ha sido menester dosificar los ímpetus e ir avanzando gradualmente.
La Provincia de Chiloé ha sido uno de los focos de importante implementación de equipamientos eólicos, que actualmente se encuentran en plena instalación, dada la adecuada potencia de los vientos que se generan en la zona del archipiélago.
Sin embargo, no deja de llamar la atención que siendo el nuestro un país marítimo por excelencia, por la relevante extensión de sus costas, no se le haya hincado el diente con la mayor determinación a la posibilidad de desarrollar esas evidentes potencialidades mareomotrices. Lo que, además, ha sido considerado por el Banco Interamericano de Desarrollo, BID, algunos de cuyos expertos han recorrido el Canal de Chacao atraídos por la fuerza de sus corrientes marinas.
Incluso, en los últimos años, el ingeniero puertomontino René Fischman presentó a la comunidad de la capital regional su proyecto referido al puente a Chiloé y la opción de aportar con éste, al mismo tiempo, energía mareomotriz del orden de los 3 mil megawatts, apoyado por un terraplén dotado de 200 turbinas Davis. Lo que significaría aportar casi la mitad del consumo eléctrico del Sistema Interconectado Central, entre Tal Tal y Chiloé.
Iniciativas no han faltado y también hay conciencia de los imperativos de autoabastecimiento energético. Sólo que urge una mayor decisión por abocarse a las reales posibilidades de energías renovables desde el vasto mar que a Chile acompaña.