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Las historias de vida y muerte tras el Día de Todos los Santos

Devoción. Amigos y familiares se dieron un tiempo para visitar a sus cercanos en los distintos cementerios de la zona. Visitas a los camposantos se van a extender hoy y mañana y se estima que entre Llanquihue, Puerto Varas y Puerto Montt llegarán alrededor de 45 mil personas.
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Bajo un día gris, y a veces con leves precipitaciones, miles de personas ayer llegaron a los distintos cementerios de la zona para visitar a sus familiares y amigos, en un acto tradicional en el llamado Día de Todos los Santos y Difuntos, que comenzó en el siglo IX.

Cientos de historias se entrelazan en el cementerio, porque cada una de las personas sepultadas vivieron y fallecieron de distintas formas.

En cada camposanto se cruza la alegría de la reunión familiar, la oración y la emoción al recordar al ser querido.

Los oficios religiosos son parte del 1 de noviembre, y en el Cementerio Municipal de Alerce el padre Mauricio González, justo al mediodía, estaba oficiando una misa al lado de una gran cruz y los feligreses rezaban junto a él.

En el Cementerio Católico de Puerto Montt, las misas comenzaron a las 10 y se extendieron hasta las 20.30 horas con la liturgia de la luz que se desarrolla hace ocho años. Fueron siete ceremonias religiosas, además de liturgias, que se efectuaron en la capilla del cementerio.

En el Cementerio Católico de Puerto Varas, hubo movimiento entre las 8.30 y las 20 horas. Las misas fueron al mediodía en la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, mientras que en el camposanto no hubo.

El Cementerio Católico de la ciudad de Llanquihue recibió a los feligreses entre las 9 y las 21 horas, y hubo misas en la Capilla Sagrada Familia de Los Volcanes, en la Parroquia San José y finalmente, en el cementerio.

PADRE E HIJO

En el Cementerio Municipal de Alerce, la actividad comenzó muy temprano. Con gualato y rastrillo en mano, cientos de personas limpiaban las tumbas de sus familiares.

José Hernández relató una historia muy particular y emotiva. José perdió a su hermano y su padre hace ocho años, en un accidente de tránsito. Los dos hechos ocurrieron en menos de tres semanas y en iguales circunstancias.

"Mi hermano Marcelo tenía 22 años, el día de la madre el 10 de mayo de 2002 iba camino a su trabajo por la ruta entre Alerce y Puerto Varas, y lo atropelló un vehículo y falleció. Estábamos saliendo de una y tres semanas después volvimos a lo mismo, porque mi papá estaba descansando un día domingo y sale a comprar pan y lo atropellan y lo matan. Mi papá Cristóbal falleció el 2 de junio de 2002", confiesa.

El relato de José impacta, pero se convierte en una historia de vida y muerte que reflota cada primer día de noviembre.

En el Cementerio Municipal de calle Sargento Silva en Puerto Montt, estaba Simón Alejandro Soto. Había llegado hasta la tumba de su fiel amigo Esteban, pero Simón reconoce que no lo había ido a ver y que aprovechó la fecha.

"Era un gran amigo -cuenta emocionado-. Él se fue hace varios años, y mi hijo lleva su nombre, porque compartimos amistad de la infancia, pese a que se fue muy joven cuando tenía sólo 27 años. Llegue acá y lo primero que me acordé fue de nuestros juegos en la calle, de las travesuras sanas. Claro, me he dejado estar, pero por eso aproveché este día para venir a visitarlo. Fue y es un gran amigo, muy trabajador, y destacaba por la preocupación que tenía hacia su familia", contó.

En este mismo lugar, estaba Juan Carlos Alvarado y su familia limpiando la sepultura de su pequeño sobrino. "El falleció a los 6 meses, fue algo muy doloroso para nosotros, y como vine a ver a mi cuñado pasé a su sepultura, porque la idea es aprovechar este día para dejar bonita su pequeña tumba", manifestó.

PATRONCITO

En el Cementerio Católico el capellán Jaime Díaz destacó la liturgia de la luz, que ahora se ha trasladado a otros cementerios de la zona, y del primer "patroncito" del Hogar de Cristo que fue sepultado en este recinto.

"Es muy lindo lo que ocurre acá el 1 en la noche, comienza una procesión con personas y sus velas en las manos y después se distribuyen por todo el cementerio y finalmente las velas quedan en cada una de las sepulturas", describe.

Al continuar, se refiere al hospedado de Cristo Pobre, que después fue el Hogar de Cristo, y que fue el primero en ser sepultado en el Cementerio Católico.

"Se trataba de Marco del Rosario. El era un marinero sin identidad que lo dejó algún barco de África varado en Puerto Montt. Él se hospedaba en Cristo Pobre que estaba en calle Miraflores. Cuando falleció, nos dimos cuenta que no tenía identidad, no aparecía en el Registro Civil, entonces se llamó Marco del Rosario y en 1983 fue el primer "patroncito" en ser sepultado acá en el Cementerio Católico", relató.

Durante la extensa jornada en los cementerios de Puerto Montt, Alerce, Puerto Varas y Llanquihue, y donde se estimaba iban a llegar alrededor de 45 mil personas, también se vivía un intenso movimiento con los vendedores ambulantes y la presencia de las floristas.

Carabineros estaba emplazado en los accesos a estos lugares, con el objetivo de prevenir accidentes en el tránsito o algún hecho delictivo.

A ellos se sumó la colaboración de los Bomberos, quienes ayudaban en la entrega de agua, muy necesaria en los cementerios.

CEREMONIA

En el cementerio Parque Alerce, el gerente Javier Hermosilla destacó la alta concurrencia que tuvo la ceremonia de la luz realizada el jueves 31 de octubre en horas de la noche. "La actividad concentró a más de 300 personas, que pese a la lluvia igual llegaron al cementerio. Fue realmente emotivo, porque después del oficio religioso se apagaron las luces y las antorchas alumbraron el parque. Fue un gran acto de devoción", anota.

Ayer al mediodía en el mismo camposanto, ubicado en el sector La Vara, se realizó una misa, donde llegó más de un centenar de personas. Mientras se realizaba la actividad religiosa, la gente que visitaba a sus deudos escuchaba por alto parlantes el oficio. Allí estaba Marcela González quien había llegado a ver la tumba de su padre. "Él es Segundo Manuel González y falleció en el 2008. Vivo cerca, pero debo reconocer que no había venido, pero esta fecha es la mejor para esto", manifestó.

BASURA

Todos los cementerios ayer registraban movimiento de gente, pero no sólo de quienes iban a visitar a su ser querido, sino que también de quienes se preocupan del aseo.

Enrique Díaz, administrador del Cementerio Católico de Puerto Varas, dijo que se había dispuesto de un turno especial por la gran cantidad de basura que se acumula durante la jornada. "Acá son alrededor de 5 mil tumbas que se deben mantener. Las familias se acuerdan en esta fecha de hacer limpieza, por lo que se reúne una gran cantidad de basura. Son varias camionadas que se sacan de acá, y es un trabajo que se extiende hasta una semana. A ello se suma que este es un fin de semana largo, por lo que no todos llegan hoy (ayer); otras personas se programan para mañana (hoy) y el domingo", indica. El administrador añadió que ayer no hubo aglomeración de gente.

"Todo ha estado expedito, y pensamos que va a seguir así, porque la gente comenzó a llegar desde el sábado 26 de octubre, es decir con cuatro días festivos, no existe tanto apuro para llegar al cementerio".

De acuerdo a Enrique Díaz, durante este fin de semana llegarían alrededor de 20 mil personas.

"La actividad concentró a más de 300 personas, que pese a la lluvia igual llegaron al cementerio. Fue realmente emotivo, porque después del oficio religioso se apagaron las luces y las antorchas alumbraron el parque".

Javier Hermosilla.

Gerente de Parque Alerce.