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Una sinfonía nacida en el sur que vuelve a resonar en primavera

dúo. Nacidos musicalmente a fines de los años setenta, sus más de 30 años sobre los escenarios son la más clara expresión de su calidad.
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Las agrupaciones musicales nacidas en la zona sur de Chile han sido desde siempre sinónimo de identidad y paisaje interior. En las últimas cuatro décadas hay varias expresiones que desenrollaron sus acordes y melodías, entre las cuales destaca nítidamente el dúo Schwenke y Nilo, formado en la Universidad Austral de Chile.

La poesía de Clemente Riedemann sirvió para ligar los afanes de dos jóvenes estudiantes, Marcelo Nilo (Música) y Nelson Schwenke (Antropología); quienes comenzaron su periplo artístico en los actos culturales y peñas folclóricas que constituían el espacio para las expresiones más genuinas del arte sureño, y en general del país.

Mucha agua ha corrido bajo los puentes de Valdivia y de las otras ciudades de Chile que han visto transitar los acordes láricos y reflexivos de dos entusiastas que se unieron a la pluma aguda de otro antropólogo que, bajo el mandato de los tiempos, alzaba la voz con sus versos enconados y de innegable sello austral.

Toda una generación entonó sus canciones en espacios tan disímiles como paisajes tiene este lado del mundo, aludiendo a infancias arrimadas al fuego familiar, hechos históricos que cambiaron la memoria de ciudades y campos, o los simples (complejos) relatos que fueron marcando la mutación de una conciencia colectiva e individual que se doblegó ante los mega relatos de un país que se autoconstruía sobre las ruinas de un proyecto inacabado.

Todo eso, viene ahora a encontrarse con la música docta. Desde Puerto Varas, a manos de la Orquesta Juvenil de Cámara de la ciudad de las rosas, se alza un proyecto que este fin de semana recorrerá tres ciudades: Puerto Varas, Llanquihue y Puerto Montt, mostrando una parte de este universo melódico con profundo acento a madera y remembranza insular - fluvial.

La obra musical de Schwenke y Nilo genera un salto relevante en la interpretación musical local. El proyecto quiere ofrecer la oportunidad de escuchar a públicos de la provincia una interpretación musical de la Orquesta de Cámara de la Academia de Música de Puerto Varas y la agrupación musical Schwenke y Nilo en un concierto titulado "Lluvias del Sur", y que obedece a un sentido tributo a la obra de Nelson Schwenke.

Cantos de las mujeres de la tierra que vuelven al viento Una exposición, dos mujeres, dos caminos

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Libro realizado por Maribel Mora Curriao y Fernanda Moraga García, en que se analiza, recopila y expone tres corpus de textos: los llamados Llamekan o cantos de mujeres registrados por la filólogos: Lenz, Augusta, Tomás Guevara, entre otros, que vienen siendo cantos de tipo elegiacos proferidos cuando la mujer trabaja o cuando el sujeto marido ha emprendido viaje a otros territorios; seguidamente se presenta y se enuncia un registro de poemas escritoras que comienzan a publicar en los años 80 como tanto en Chile como Argentina ellas son: Liliana Ancalao, Sonia Caicheo, Jeannette Hueitra, Graciela Huinao, Rayen Kvyeh, María Teresa Panchillo y Miriam Torres Millán, cuyas poéticas deambulan entre la cultura propia y apropiada en relación a los contextos históricos, políticos y culturales.

Seguidamente, se presenta un panorama de la poesía escrita por mujeres mapuche a partir de los años 90, la que presenta una serie de registros, que obedecen a miradas desde el género también diversos, donde las poetas asumen voces de machi, pecadoras, contestatarias, eróticas, todas desde una cosmovisión mapuche, que dialoga con la naturaleza, el cuerpo-texto, con la realidad histórica de permanente expoliación.

Todo lo anterior, con la ternura y el vientre a ratos suturado por la violencia física, económica, sicológica y simbólica, esta última la más peligrosa porque actúa mediante los signos que los procesos de modernización elabora y que condiciona las conductas de los grupos humanos "subalternos" de mujeres, mapuche, de clase baja, pero que la cultura mapuche ha sabido bloquear sobre todo mediante la poesía que nace del canto hasta las complejas escrituras que transforman ese capital cultural propio a capital cultural simbólico.

Las artes visuales desde 1913 toman rumbos diversos. Uno continúa su ruta histórica, lineal y retiniana, según Duchamp, y el otro, un camino conceptual. Uno reproduce la tradición de la pintura, con sus bellezas y también con sus rutinas. El otro se desacomoda, contesta y se aleja de lo normalmente bello, con sus urgencias, reclamos y desvaríos.

En Puerto Montt, en la Casa de la Cultura Diego Rivera, edificación que cobija cuantitativamente la mayor cantidad de difusión de obra en el territorio administrativo provincial que nos cobija, se exhiben dos muestras que heredan ese quiebre estético y cultural que describo en el párrafo anterior.

Fernanda Barceló, expone "Paisaje Memoria y Otros Retratos", en la Sala Hardy Wistuba, como una secuencia de pinturas o relato familiar, lo que podría ser la linealidad de una historia, dice el texto de apoyo. Escrito que también habla de "contemplación y percepción de imágenes", donde es posible crear un juego con un tiempo capaz de activar la memorias y miradas. Este camino por el "maistream" -como se le codifica en los gags tecnicistas- obedece a la tradición pictórica que quiere colocar la atención del espectador en lo amable.

También está en la infraestructura de la Corporación Cultural de Puerto Montt, en una sala menor, la Sala Multiuso, Konstanza Scheihing, con su exposición de título "Miscelánea". Este proyecto exhibe una serie de trabajos que se proponen como "proceso de búsqueda y creación de la artista que quieren ser un vehículo de provocación para sacudir -literalmente- modelos atávicos, regresivos y reaccionarios de la sociedad que formamos plena de violencia y falta de valores, dice el otro texto.

Aquí no son pinceles, sino una serie de foto-serigrafías intervenidas de coloración -quizás preciosista- y allí un probable error, que parecieran visualizar pequeños mundos que dejan de manifiesto conductas violentas, incluso destructivas, dentro de las relaciones humanas como es el machismo -soportado principalmente por las mismas mujeres- y el maltrato hacia la figura femenina.

Konstanza Scheihing "juega de nuevo con los prejuicios y teje de forma grácil y sutil una realidad a través del subconsciente, que termina por desnudar un ethos cultural poco amable y que si fuera paisaje, tendría más de horror que de parajes iluminados"

Podemos ver dos muestras desde dos miradas femeninas. Una de intención amable y complaciente, cobijada en los mecanismos de la pintura de caballete, plena de colores y transparencias, y otra que utiliza recursos mecánicos, seriales, intervenidos, retocados y reiterados repetitivamente en su formato y su trama.