Una de las tareas prioritarias importantes que se encontraba pendiente, y de manera muy especial por el riesgo que significa para las vidas de varias sufridas familias que habitan en los sectores más peligrosos de las laderas de los cerros locales como el de Angelmó, ha comenzado a cristalizarse con la erradicación de las siete primeras familias del lugar de las 71 que allí residen en tan precarias condiciones.
Se trata, sin duda, de un importante esfuerzo conjunto encabezado por la Delegación Municipal de Mirasol, el Servicio de Vivienda y Urbanismo y voluntarios de un TechoChile. Todo esto en el marco de los planes gubernamentales de eliminación de los campamentos de pobreza en nuestro país, donde se está avanzando con voluntad realizadora y a paso firme y sostenido.
Esta misión se hace cada vez más urgente, sobre todo porque Puerto Montt se caracteriza por su lluvioso clima, que debilita ostensiblemente los terrenos de los costados de los cerros, al igual que la característica sísmica de la zona que expone a riesgosos derrumbes que ya han ocasionado tragedias.
Naturalmente, que este logro inicial con los primeros traslados familiares hacia zonas seguras y dignas, confirma la convicción existente de auxiliar a estas personas que -por su vulnerabilidad y carencias- se han visto en el apremio de establecerse con sus hijos en esos sectores de tanta inseguridad. Salir de allí será un renacer a la esperanza de una existencia mejor y para lo cual es muy importante que las familias colaboren con las autoridades en todo lo que sea necesario, facilitando un procedimiento más ágil y expedito para ejecutar los cambios requeridos.
Detectados los sectores que revisten mayor peligrosidad, como áreas habitacionales, -colinas de Angelmó, Modelo y Lintz-, es imprescindible impulsar la erradicación hasta concretarla. Un trascendente proceso social que ha destacado por la excelente coordinación y generosa solidaridad que ha habido entre sus gestores. La colaboración ha sido mutua y oportuna. Pero, sobre todo, humanitaria, con plena conciencia de estar contribuyendo a dignificar y proteger la existencia de modestos compatriotas, que también merecen una oportunidad de superación.